Dejar todo en orden...

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Durante la noche, Shang Qinghua no se separa del ataúd de su padre, y aunque sus amigos intentan persuadirlo para que vaya a su casa y descanse un poco, el omega se niega rotundamente, no quiere dejar a su padre solo, y sobre todo no tiene ánimos de volver a esa enorme casa que ahora debe sentirse vacía sin su padre.

Al día siguiente Shang Qinghua escolta el ataúd de su padre hasta el crematorio, dado que no quiere enterrarlo, de paso ha pedido al cementerio que exhumen los restos de su madre ya que quiere conservar las cenizas de sus padres cerca de él, así que después de que Shang Zhao fuera dejado en el crematorio, Shang Qinghua se dirige hacia su enorme mansión en donde el abogado de su padre tiene todo listo para dar lectura al testamento del alfa.

-Bien ya que usted señor Shang se encuentra podemos hacer lectura del testamento – abriendo el sobre y saca el documento – yo Shang Zhao, en pleno uso de mis facultades mentales, dejo en claro mi deseo de que todas mis posesiones, cuentas bancarias, entre otros activos pasen a ser propiedad de mi único hijo y legítimo heredero, Shang Qinghua...también dejo a su disposición un activo capital en los paraísos fiscales de las Islas Caimán

- ¿Eh? ¿las Islas Caimán?

-Así es tal parece que el dinero que logró arrebatar de su exyerno – dejando al omega pasmado – lo depositó en cuentas activas en ese lugar, ahora como dueño absoluto de todo puede decidir que hacer con ese dinero

-Lo dejaré quieto, ya se me ocurrirá algo después

-Bien entonces por favor firme este documento que lo hace dueño legítimo de todo lo que era de su padre

Así Shang Qinghua firma cada documento que lo hace dueño de una de las fortunas más grandes del país, superando por mucho la de su exesposo, al terminar la diligencia el abogado se retira y Shang Qinghua queda solo en aquella enorme casa, y se dirige a la habitación de su padre, en donde empieza a tomar sus cosas y guardarlas en cajas, mientras en silencio derrama lágrimas, se ha quedado completamente solo, sus padres ya no están con él, ni siquiera está casado para siquiera decir que tendría el apoyo de su esposo.

-Pero que idiota soy – llevando a su pecho uno de los trajes de su padre – MoBei-Jun nunca hubiera estado conmigo en esta situación, seguramente estaría follando con esa maldita beta – dejando que las lágrimas salgan de sus ojitos – papá te extraño, ¿Por qué me dejaste solo?

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-Y bien ¿ese omega ridículo te devolvió la empresa?

- ¿Te quieres callar? – mirando unos archivos en su pc

-MoBei hace mucho que no lo hacemos – acercándose y rodeando el cuello del alfa

-Suéltame

-Pero ¡¿Por qué me ignoras?!

-Ahora sabes lo que sentía Qinghua cuando lo ignoraba por ti, así que o te empiezas a acostumbrar o simplemente te largas de mí casa y miras quien te mantiene ¿estamos claros?

- ¡Voy a ser tu esposa! ¡¿Cómo puedes tratarme de ese modo?!

-Si sigues molestando con el mismo tema, te corro a patadas de mi casa, cancelo esa mierda de compromiso e ¡iré a buscar a Qinghua! ¡¿entendiste?! – dejando callada a la beta – ahora lárgate a hacer algo por tu vida y déjame acá con mis negocios

Sha Hualing se marcha y decide tomar rumbo hacia la empresa de Shang Qinghua, al llegar apenas puede creer que ese enorme edificio sea del ridículo exesposo de MoBei-Jun entonces una idea se le cruza por la cabeza, seducir al omega para quitarle todo, así que en el momento en que intenta poner un pie dentro del edificio es retenida por dos alfas que son los encargados de vigilar a quien entra y sale del edificio.

MIRADA FRÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora