Día 7 - Insomnio Mutuo

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Todos los civiles habían sido evacuados del lugar exitosamente, solo quedaban allí varios patrullas que habían llegado media hora después de lo ocurrido.

El comisario suspiró pesadamente, a pesar de haber barrido el lugar dos veces, no había rastro de Horacio y eso le preocupaba.

Nadie sabía lo que había sucedido allí dentro, al momento de ingresar a la sala el de cresta estaba solo, sin apoyo de ningún oficial, al enterarse de esto Volkov reprendió a sus subordinados ¿Cómo podían haberlo dejado solo?, para enterarse que había sido el de cresta quien dio la orden.

La LSPD, se había movilizado ya en su búsqueda por las zonas aledañas, sin rastro alguno hasta el momento. Volkov no entendía como los sujetos habían escapado, la policía estuvo rodeando el lugar en todo momento, no podrían haber salido sin ser vistos.

En la sala donde antes habían estado los mafiosos, habían quedado restos de sangre, el laboratorio ya la estaba analizando, pero nada que pudiera darle algún indicio de la ubicación de Horacio, seguir buscando allí era inútil.

Volkov tomó uno de los patrullas, no podía estar allí quieto, acto seguido, salió del lugar en dirección al sur, si Horacio no estaba en el norte tendría que estar en su jurisdicción, pero, ¿Dónde buscaría?, ninguna de las alertas recibidas hasta el momento, tenían que ver con aquellos sujetos.

Se pasó al menos una hora patrullando, hasta que Robert le instó por radio que se fuera a descansar, no era bueno para él patrullar en ese estado de nervios y sin dormir al menos un poco, por lo que le hizo caso a su amigo, aminoró la marcha y volvió a la comisaria. Luego de dejar el patrulla en el estacionamiento se dirigió en su propio coche a su casa.

Durante el trayecto pensó en el de cresta, su carácter temerario le había jugado una mala pasada esta vez.

- Joder Horacio – emitió con los dientes apretados dando un golpe al volante. Se sentía impotente.

Seguramente lo habían tomado como rehén al darse cuenta de que estaban rodeados, pero en ningún momento habían ofrecido negociar por él, y eso le parecía raro. ¿Para que más lo querrían?

Solo esperaba que el de cresta saliera de esto con vida, no dudaba de la fortaleza de Horacio, pero tenía miedo, un miedo que no había sentido hasta el momento

Al llegar a su casa decidió darse una ducha, quizás así lograría despejarse y poder pensar con mayor claridad, aquellos mafiosos debían tener una base, algún lugar donde ocultarse rápidamente, pero había un problema, ¿Cuál de las dos mafias lo capturó?

Una vez bañado, se colocó su pijama para recostarse y tratar de dormir, cerró los ojos, pero le fue imposible conciliar el sueño, no podía dormir sabiendo que Horacio estaba en peligro, su mente viaja a posibles escenarios que no hacían nada por tranquilizarlo.

Dándose por vencido dejó la cama, dirigiéndose hasta el comedor, tomó la botella de vodka continuando su andar hacia la cocina. De la encimera recogió un vaso, donde depositaría aquel líquido transparente, estaba claro que esa noche el insomnio no lo dejaría ir a los brazos de Morfeo.

Cuando vio el sol a través de su ventana dejó el sofá, donde se había pasado gran parte de la noche, para ir a su habitación. Una vez cambiado, tomó las llaves de su coche y salió de su apartamento, le tomaría unos veinticinco minutos llegar a comisaria.

La comisaria estaba silenciosa, había solo dos oficiales en recepción para atender a los civiles, el resto, se mantenía patrullando, en busca de algún indicio sobre el agente.

Volkov se dirigió hacia recepción, debía ponerse de servicio.

- ¿Comisario? – se escuchó al otro lado de la radio

Volkacio ValentineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora