Si hace dos años, específicamente, me hubieran dicho que mi mejor amiga y yo nos odiariamos a muerte, probablemente me hubiese reído en su cara y luego me hubiese lanzado por la ventana.
Todo pasó tan rápido. No hubo disculpas ni explicaciones. No hubo confianza, principalmente. Y para cuando nos dimos cuenta, ya estábamos muy lejos -sin contar el hecho de querer matarnos cuando nos veíamos - todo esto fue un detonante para la tercera guerra mundial, la cual parece que selló un nuevo destino para Mía y para mi.
Narra Martijn:
Las paredes blancas y con algunos rayones con lindas y emotivas palabras de adolescentes pubertos, se hacían más pequeñas conforme pasaban los minutos en detención.
"La profesora Benita usa consoladores" estaba escrito con marcador permanente negro en la parte superior de mi asiento.
Según el periódico escolar de Rotterdam High School, habían pillado a la profesora Benita -la que impartía clases de Literatura Inglesa- en una situación muy comprometedora en un salón vacío. De allí se empezaron a correr rumores de sus supuestas prácticas sexuales.
Dejando aun lado a la profesora Benita, la razón por la que estoy en detención es una total incógnita. Al parecer dormir en el cuarto de limpieza está prohibido. En mi defensa, no había podido dormir bien en toda la noche porque mis mejores amigos, Mía y Julian, me habían llamado a media noche pidiéndome la tarea de Matemáticas.
Pff, estúpidos. Nisiquiera yo sabia que había que hacer tarea. ¡Nisiquiera entiendo matemáticas!
Después de haberles insultados por media hora por haberme despertado de mi preciado sueño, les pasé la tarea con toda las respuestas incorrectas. Una pequeña venganza de mi parte.
Dejé de mirar la pared y mi vista se dirigió a la puerta recién abierta. Su cabello rubio estaba sujeto en una cola mal hecha. Caminó hacia mi con pasos amenazantes fulminandome con la mirada dejando ver unas hermosas arrugas en su frente. Sus manos se posaron a ambos lados de mi asiento lo que me hizo sobresaltar en mi asiento.
-¡Eres un idiota!, ¿lo sabias? -gritó señalandome con un tono de broma.
-Si, lo sé. Me lo dicen a diario. -dije cruzandome de brazos sin darle importancia. -Tómalo como una venganza por arruinar mi sueño de belleza.
-Sonó muy gay. - Mía estalló en carcajadas. Sus hoyuelos se hicieron presentes en su hermosa sonrisa y no pude evitar no pensar en besarlos cada uno.
En el salón de detención solo estábamos Mía y yo. El profesor que nos cuidaba se fue a terminar su novela que pasaban a las 4:00pm cada miércoles.
Mía y yo hemos sido mejores amigos desde el jardín de infancia. Julian se unió a nosotros en primaria y desde entonces estamos juntos.
-¿Que le hiciste al profesor Ben?-pregunté pasando mis brazos por detrás de mi cabeza.
-Él preguntó que quién se sabia la respuesta de la pregunta dos. Así que yo pasé a la pizarra y la escribí. -comentó Mía tomando asiento en mi mesa. -Al parecer, "69 forever" no era la respuesta al ejercicio de matemática. ¿No es así, Martijn Garritsen Lavoranen?
-Lo siento. Pero no niegues que fue divertido. -dije señalándola con una sonrisa socarrona en mi cara.
-Yo hubiese hecho algo mejor. - musitó haciendo una pose de diva. -Espera...¿Y Julian?
-No lo he visto en toda la mañana. Al parecer le afectó la ruptura con Danika.-mencioné marcando el número de Julian pero la voz de la contestadora resonó por mi oído.
-¡Es una perra, zorra, fácil...!-estalló Mía. Ella odiaba profundamente a Danika por su fama de acostarse con varios chicos para saciar su hambre de sexo.
...eso sonó mal.
-Pero ¿acaso no le viste su enorme trasero?-exclamé incrédulo señalando lo obvio. En el trasero de Danika cabían perfectamente un televisor pantalla plana y una computadora.
Mía caminó hacia mi asiento. Se arrodilló frente a mí dejando ver un poco de sus pechos. Y vaya que eran lindos. Ella tomó mi rostro entre sus manos y se fue acercando poco a poco.
¡Mia Collins me besará! ¿¡Qué hago!? Mierda, parezco una chica hiperventilando.
Cerré mis ojos y me dejé llevar.
1
2
3
...y nada.
-¿¡Acaso no has visto su horrible cara!? ¡Parece un mapache!- exclamó Mía estallando en carcajadas a las cuales yo me uní para disimular el beso al que yo estaba dispuesto a sucumbir.
Entre Mía y yo no podía suceder nada. Ella ha tenido muchos novios y se habían creado rumores de que un grupo de chicos había pasado por su cama. Yo no la juzgaba, puesto que esa era su vida y, además es mi mejor amiga. De paso que mi caso era igual. Sería muy hipócrita de mi parte reclamarle a ella sabiendo que yo era peor.
Después de unos minutos, seguimos hablando de temas al azar pero mi mente estaba en otro lugar.
¡Estuve a punto de besar a Mía Collins! ¡Mi mejor amiga!
Oh no. Eso si que no.
Capítulo editado: 07/07/2016.
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Mejores Amigos ¿por siempre? (Martin Garrix)
FanfictionUn grupo de amigos viven su adolescencia sin límites. Experimentando cosas nuevas y siguiendo su pasión. Por alguna causa del destino, su amistad se rompe por un error. Ahora lo que los une es odio y rencor. Pero, ¿Qué pasaría cuando la vida les la...