Capítulo 10/ Fiesta de despedida 4/4

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—¿¡Donde estabas!? ¡Te estábamos buscando como loca!—grito Laura sobre la música.

—¡Salí a caminar con Martijn. Nada importante! —alcé mi mano restándole importancia al asunto.

—¡Adivinen quién vino, chicas!— inquirió Lisa llegando a nuestro lado un poco exaltada. Negamos sin saber la respuesta. —¡Así es, vino Lynn con su clan!

¿¡Qué hace esa perr...individuo aquí!? Quizás le dijeron que había ofertas en comida para perros y decidió venir.
Misterios de la vida.

—¡Yo no la invité! —dije caminando de un lugar a otro. Esta situación me hizo olvidar por completo lo sucedido con Martijn.

Cuando volvimos a la fiesta, él se fue con Julian y otros amigos a "hacer cosas de hombres" según ellos. De seguro iban a preguntarse de qué color son sus boxers.

Pero lo fundamental aquí es encontrar a Lynn y sacarla de aquí.

—¡Demonios! ¡Dios santo! ¡Mierda! ¡Vean eso!—exclamó efusivamente Casey señalando a algún lugar de la fiesta. Seguimos su mirada y dimos con los chicos. Mis ojos se abrieron de par en par debido a lo que estaba frente a nosotras. Julian estaba manoseando a una chica que no conozco, pero eso no era lo queme moelstaba, sino que a su lado estaba Martijn besándose y manoseandose con Lynn. Estaban muy juntos y na ira inundó todo mi cuerpo.

Vuelvo y repito... ¡la zorra de Lynn estaba besándose con el imbécil de Martijn! ¿acaso no tiene dignidad?

Él rompió la regla. Siempre dijimos que bajo ninguna circunstancia fraternizariamos con el enemigo. Y él lo hizo. Lo hizo justo una hora después de admitir que sentía algo por mí. Y lo más estúpido del asunto es que yo le creí. Creí cada palabra que me dijo. Creí en el beso que nos dimos porque significó mucho para mí. Fui una ilusa al creer que él cambiaría solo por mi.

Mi vista se nubló pero retuve las ganas de llorar. Mis amigas comentaban algo que no llegué a escuchar claramente. Solo escuché una palabra que definía a Martijn completamente "traidor". Se habían separado y ahora charlaban amenamente sonriéndose.

Argh, que imbéciles. ¡Se están besando otra vez! ¡SALVAJEMENTE!

Caminé hacia ellos con mis manos hechas puño. Julian dirigió su vista a mi. Estaba confundido así que le señalé la asquerosa escena y sus ojos se abrieron monumentalmente. Notó lo intención y me dirigió una mirada de "no lo hagas que yo mismo lo mataré" pero ya era tarde. Entre mis manos yacía unos mechones rubios provenientes de Lynn. Apreté con fuerza mi agarre mientras la llevaba hacia la puerta.

—¡Sueltame maldita!—gritó Lynn tratando de zafarse de mi agarre. La música se había detenido y ahora éramos el centro de atención y Julian estaba discutiendo con Martijn.

Mejores Amigos ¿por siempre? (Martin Garrix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora