PRÓLOGO

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El día de mi nacimiento fue un día triste para mis padres, pues nací niña, sin embargo, eso no impidió que no me amarán, mi vida fue feliz. 

Crecí siendo una respetada señorita de sociedad, sabiendo que algún día me casaría al igual que mis padres. 

El día que me secuestraron no pude ver a mi familia, salí de casa junto a la dama de compañía para visitar el bazar, sólo recuerdo los gritos de aquel día el miedo de lo que me deparaba el futuro. No recuerdo cuántos días pasé en el barco , lo que sí sé es que no era la única, me puede dar cuenta sí que la mayoría de mujeres tenían más de 18, sólo unas pocas fueron las menores, entre ellas yo, con apenas 13 años. 

Cuando llegué al palacio me presiones mucho por su belleza, pero rápidamente me desencante de ese lugar, pues aquel lugar iba a ser mi prisión. Ese día, sin embargo, vi a mi salvadora, una bella mujer de cabellos rojos y ojos verdes, quien se apiadó de mí y me tomó bajo sus alas

Aquel ángel, era una sultana, quién me cuidó y educó durante 2 años. Sabía su historia, hija de la esposa menos querida de Su Majestad, quién tenía un hermano que posiblemente ya estaba destinado a morir, el príncipe menor de Su Majestad, sin embargo un estratega de primera. 

Nadie sabía lo que iba a correr, el príncipe menos querido se convirtió en Sultán y su hermana, la sultana Hurrem me ofreció como su concubina.

Y este es mi historia de cómo llegué a ser la mujer más influyente el Imperio otomano, superando a la gran Hurrem, la esposa de Suleiman y Kosem, quién fue dos veces madre sultana. De cómo el amor de Su Majestad me hizo grande y cómo el príncipe inesperado fue el mejor Sultán.

Hakesi Gevherhan SultanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora