SEIS

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Dos semanas había pasado desde la primera noche te fue a los aposentos del Sultán, esos dos semanas no solamente habían acostado, también conversaron lo que les permitió conocerse más. La sultana Hurrem encontraba contenta, pues no solamente la llamó casi todas las noches, también no hubo ninguna favorita. Aún recordaba la conversación que tuvieron.

- Esto es un harem, el sultán tendrá a otras favoritas, pero sólo tú decides de quién él se enamorará.

Esas palabras se parecían mucho a lo que Nigara le había dicho. 

- El sultán es un caballero aprenderás a amarlo, pero tu principal amor serán tus hijos, deberemos proteger a tu familia con uñas y dientes. La única manera de sobrevivir en este infierno es el amor.

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Estaba pensando en lo sucedido en los dos últimos meses, cuando Nigara tocó su puerta.

- Pasa 

- La madre sultana la mandó a llamar. 

Fui caminando juntos amiga a los aposentos la madre sultana. Cuando llegó y sus reverencia y se sentó en el suelo. 

- Debo felicitarte Bahar, en estos dos meses nadie más que tú a estado en la cama de mi hijo, se que lo hipnotizaste, me gustas mucho a pesar de ser 5 años menor, eres respetuosa e inteligente, sigue así. 

- Gracias. 

- Tengo que admitir al comienzo no piense que lograrías el encargo de mi hija, pero debo felicitarla, supo escoger bien, tal vez ella no era consciente para que te tocaba, sin embargo siguió sus instintos. 

- La sultana Hurrem siempre fue buena conmigo y confío en mí. 

- Si logras salir embarazada en este año, serás la consorte más joven de la historia, las sultana Safiye y Kosem fueron favoritas a los 15 años, pero sólo los 16 se convirtieron en madres.

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Las pruebas contra Hafsa Hatun no se lograron encontrar, la empleada empujó a la Kadin no se volvió a ver más. La Sultana Nurbanu estaba furiosa por eso. Sin embargo, como castigo le dio uno de los aposentos más lejanos a la habitación del Sultán y su ganancia no aumentó como debería ser, además de que las demás concubinas se burlaban de ella por jactarse de no ir a los aposentos del Sultán como ella tanto decía.

Bahar y Atike se volvieron cercanas. Ambas tratan muy bien a las concubinas, además a regalar monedas para ellas. 

Atike Kadin cumplió los 22 años y le hicieron una pequeña celebración. 

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En una de sus caminatas con el sultán por el jardín, se desmayó. La cargo la llevó a la enfermería. Luego de que la revisaran, la hora dijo: 

- Felicidades su majestad, su concubina está embarazada!


Hakesi Gevherhan SultanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora