Desde que dejé mi tierra, mi hogar y mi nombre todo cambio para mi.
Mi destino comenzó siendo incierto, lo único que sabía era que tenía que luchar para poder sobrevivir en este mundo de hombres.
Cualquier copia o adaptación será denuncia.
El Sultan llegó con la victoria, la gente en el pueblo salió a recibirlo entre aplausos. En el harem iban hacer una gran fiesta e iban a repartir comida y dinero a los pobres. La sultana decidió bailar junto a las demás concubinas. A Él le encantó eso y así de nuevo ella lograba impresionarlo con algo nuevo.
Fue a ver a Hafsa y Atike para ver cómo estaban sus hijos. Para todos los niños trajo obsequios, obsequios que le fueron dados por el Imperio Ruso.
Su obsequio fue un tiara de diamantes.
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Volvio hacer la única que pisaba sus aposentos y juntos celebraron su cumpleaños de manera especial.
Hurrem Sultan convenció a su madre de no mandar a más concubinas.
El Sultán le demostró su amor, escribiendo para ella un hermoso poema, aquella noche no durmieron nada.
Se celebró el cumpleaños de los mellizos , quienes se ganaron el amor de todos los invitados. Los bebés eran blancos y la nariz como su madre. Ambos bebés eran hiperactivos, cuando estaban despiertos no dejaban de ver y sonreir. Inclusive la madre y hermana de un Pasha elogiaron a sus hijos.
1752
Los meses que pasaron luego de la llegada del Sultán fue un completo caos.
Lo que había sucedido primero fue que no solo se suicidó Huma Kadin, sino también su hija Turhan .
Luego Fahriye se envenenó cuando su hija y nietos partieron de su lado, quienes se fueron con sus respectivas parejas.
También llegó una peste que mató a la mayoría de sus sobrinos, solo dejando vivos a los hijos de Turhan.
Y para acabar su hijo Ali partió al reino de Alá luego que le diera fiebre super alta.
Ese año a pesar de traer prosperidad económica al imperio, no trajo felicidad.
El cumpleaños de sus mellizos fue sólo algo pequeño.
