Desde que dejé mi tierra, mi hogar y mi nombre todo cambio para mi.
Mi destino comenzó siendo incierto, lo único que sabía era que tenía que luchar para poder sobrevivir en este mundo de hombres.
Cualquier copia o adaptación será denuncia.
Su pequeña sultana del sol y la luna tenía un dos meses de nacida, desde el momento que dio a luz mando a que le den a Hafsa hierbas de infertilidad, pues sospechaba que la Valide la iba a mandar.
No se equivocó, al cumplir tres semanas de dar a luz, la tesorera del harem la encio por órdenes de la madre sultana.
Esta vez continuó mandando cartas de amenaza de que le sabía otro secreto, no sabía nada más, pero la quería asustar.
La Valise Sultan mandó a que le llevara a sus nietos, cosa extraña ya que siempre mandaba a una criada que los llevara. Por las dudas, no hizo contacto y actuo normal.
El sultán para su cumpleaños número veinte le regaló un collar de oro y rubíes, algo que sabía que era muy caro, pero que él se podía tomar el lujo porque el imperio estaba en su mejor momento económico.
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Ella le regalo al sultán un libro lleno de poemas, a él le encanto.
- Gracias por el regalo, pero yo también te regalo algo.
- No es necesario mi sultana
- Lo es, tu regalo fue dificil, se que lo tienes todo y es por eso que no te regalo nada material, lo que te quiero dar es un libro lleno de poemas, poemas que escribí en estos cinco años a tu lado.
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Los tratados con Inglaterra llegaron a su fin, las ganancias estaban subiendo, los pobres en las calles cada día eran menos, se abrió las fundaciones antiguas, que no se mantenían por falta de fondos.
Su fundación misma estaba creciendo cada día más. Su arquitecto le dijo que para finales del año ya habían acabado.
