•Chapter Eleven•

525 36 5
                                    

Alex inhaló profundamente mientras recibía la cálida brisa salada que venía del océano. Ruidosos chillidos llamaron su atención y se colocó la mano sobre los ojos, protegiéndolos del fulgor del sol sobre las azules aguas cristalinas, para ver a la hermana más pequeña de Imra emerger de golpe del agua. Ambas llevaban solamente pequeñas tangas. Su hermano salió a la superficie emergiendo después de ellas. Su propio traje era poco más que una pequeña bolsa ahuecada sobre sus genitales.

Imra gritó algo y Alex se ruborizó aún más. El traje de Imra cubría algo más su cuerpo. Al menos la mitad inferior. Sus pechos estaban tan desnudos como los de sus hermanas.

Celene chilló felizmente y desapareció bajo las olas que se arremolinaban alrededor de los muslos de Imra. Ella no emergió.

Alex se estremeció. Nunca se acostumbraría a la idea de que tenían agallas.

Una sombra se extendió a través de sus piernas mientras Maggie se agachaba junto a su silla.

¿Estás disfrutando de tu tarde junto al mar?

Asintiendo, apartó la vista lentamente. Si aquella pequeña bolsa que sostenía su polla y sus pelotas estuviera un poco más apretada, reventaría las costuras. Sus labios se crisparon. ¡Esa sí que sería una vista interesante! Me pregunto si podría convencer a Sam para que se ponga uno... sólo para mí desde luego.

Maggie se puso en pie y dirigió su atención a sus primos.

Alex aprovechó la oportunidad de admirarla. Un estómago plano cedía paso a seis marcados grupos de abdominales. Maldición, sí que estaba bien formada. ¿Pero por qué llevaba puesto aquel corto chaleco sobre el pecho?

Su mirada continuó su camino hacia arriba.

Estaba sonriéndole abiertamente.

¿No son de tu gusto nuestros trajes daxamitas, prima? — Se burló — Creo que lograrías que hasta la hastiada sociedad kryptoniana volviera la cabeza si te pusieras uno. ¿Por qué no mostrar tus encantadores pechos?

Alex se levantó.

Si no supiera que no es así, pensaría que Sam y tú son hermanas, hay veces que suenas igual que ella. Voy a darme un baño.

Alex se alejó de ella, caminando hacia las olas que bañaban la arena. Deteniéndose una vez, se inclinó para recoger una concha rosada, de forma pentagonal. Suspirando de placer, se metió en el cálido oleaje.

Kate, la hermana más pequeña de Imra, buceaba no lejos de la orilla. Emergió de repente junto a Alex y comenzó a salpicarla. Uniéndose a la diversión, Alex entró en el mar hasta que el agua alcanzó su cintura y pudo dar tanto como recibía, hasta que Kate se sumergió de nuevo. Careciendo de agallas propias, Alex estaba en clara desventaja. Así que cuando sintió las manos que le rodeaban los tobillos, cogió aire y se preparó para el remojón que sabía estaba a punto de recibir.

Maggie estaba de pie junto a Imra, con el agua por la rodilla cuando Alex desapareció. Cuando Kate emergió a la superficie, la llamó.

Ten cuidado con el genio de tu nueva hermana. Puede que no le guste demasiado que la hundas.

Kate se echó su largo pelo hacia atrás, sobre el hombro.

Yo no la he hundido, Maggie. Estaba intentando acercarme a ti a escondidas, pero el agua no cubre bastante.

Maggie no se lo pensó. Simplemente se zambulló, dirigiéndose hacia el punto donde había visto a Alex por última vez. Imra agarró a Celene y se dirigió a la playa, llamando a su hermano mientras vadeaba el oleaje.

Pasiones Celestiales (Agentreign)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora