•Chapter Three•

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Sam removió el vino en su vaso y miró fijamente hacia la oscuridad del espacio. Cuando Caitlin salió del cuarto de la mujer alienígena, se volvió y caminó hacia el pequeño armario finamente elaborado.

¿Oíste todo?

Le vertió una bebida rosácea en un vaso y se lo tendió.

No lo bastante como para emitir una opinión.

Caitlin alzó el vaso a su nariz y saboreó el bouquet del vino. Entonces bebió unos sorbos.

Un día, simplemente debes decirme cómo es que has conseguido hablar con los Deslossians y obtener este buen vino de vandanug. Nadie más puede conseguir algo tan bueno.

Y nadie alguna vez podrá — Le contestó con una sonrisa — Pero acerca de la mujer, ¿Qué opinas?

Caitlin bebió más sorbos del vino suspirando.

Simplemente es alguien que estaba intentando hacer algo decente por otro ser inteligente y quedo atrapada en medio de algo que nunca sospechó. Me ha convencido, habría hecho lo mismo sin importar que especies hubieran descubierto su planeta primero. Trayéndola aquí, la hemos puesto en igual o mayor peligro del que tendría en su propio planeta.

Sam tomó su vaso y bebió el resto de su vino.

¿Qué hará Lord si logra secuestrarla?

La voz de Caitlin sonó grave

Se aprovechará de tener una especie no identificada en su poder. La someterá a cada prueba sexual que pueda inventar sea sancionado o no. Entonces, habrá un accidente en el que ella no sobrevivirá, las pruebas demostrarán estar inconclusas, y él enviará otra expedición a su planeta para obtener más especímenes. Su humanidad tendrá que ser reconocida en el futuro, pero nosotros habremos ganado como enemigo a un planeta entero.

Murmurando una maldición en voz baja, Sam dejo caer su vaso.

Los otros planetas de nuestra federación no aprobarán las acciones de Lord. Exigirán una contabilidad que es imposible de obtener desde que es Presidente de la Academia así como un miembro de nuestro Concilio Gobernante. Esos miembros en su esclavitud lo sustentarán cueste lo que cueste.

Significará el fin de casi toda la cooperación interplanetaria que hemos logrado hasta este momento — La castaña estaba de acuerdo — Lord retrocederá la marea del progreso, tanto como lo quiera.

El puño de Sam dio un golpe en el armario.

Ese maldito idiota. ¿Cómo puede siquiera imaginar que los otros miembros de la Federación permitirán extender alegremente la destrucción sobre la galaxia? Los Gattans, los Daxamitas y los Varcians están tecnológicamente tan adelantados como nosotros.

Nadie entiende cómo piensa — Contestó Caitlin amargamente — Nuestra mayor preocupación ahora es qué hacer con Alex. Aun cuando la familia de Imra le de protección, Maxwell conseguirá poner sus manos sobre ella de algún modo. No sé como protegerla.

Mientras sus pensamientos daban vueltas sobre ello, Sam caminó hacia la gran ventana de atrás. Las manos agarradas detrás de su espalda mientras miraba fijamente el vacío del espacio profundo. Tenía que proteger a la mujer alienígena. El honor de la Casa El estaba en juego. No protegerla les traerían una gran vergüenza, y eso era algo que no permitiría.

Sam continuó cavilando en la oscuridad. Lord consideraba a la mujer como suya. Juzgando por acciones pasadas, seguro que haría algo para mantenerla en su poder. Por lo tanto, ella podría ser la llave para la caída de Lord. Si eso significaba usar a la mujer como cebo, bien...

Pasiones Celestiales (Agentreign)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora