Pasiones Celestiales (Agentreign)

•Chapter Thirteen•

Maggie tiró del brazo de la mujer que estaba a su lado.

— Vamos, Alex va a irse. Te la presentaré ahora.

Cuando Maggie se acercó, Alex alzó la vista.

— Alex, esta es Lena Luthor. A ella le gustaría hablar contigo.

Alex sonrió y acarició el sofá al lado de ella.

— Siéntate.

Con ojos abatidos, Lena dijo:

— Pido perdón por el comportamiento de mi hermana. Después de que la Casa Luthor perdió la mayor parte de su fortuna, Lutessa ha sentido que la vida ha sido injusta. Incluso después de que Kara y ella se casaran, estaba descontenta con su vida. Vio la creciente presión de llevar al heredero El como una forma de controlar la Casa entera. Entonces nos llegaron noticias de que Sam se había casado con una mujer de un planeta recién descubierto. Unos meses más tarde, oímos que llevabas al heredero El.

Lena levantó sus ojos hasta encontrarlos con los de Alex y siguió, su voz amarga.

— Lutessa te odia, Alexandra El, más de lo que alguna vez haya odiado a alguien. Buscará venganza.

Los miembros de su nueva familia acudieron en masa alrededor de Alex. Sin embargo, uno de ellos estaba siempre a su lado en caso de que alguien decidiera seguir el hostigamiento de Lutessa. Así que fue Zor-El quien contestó a la advertencia de Lena.

— No te preocupes por Alex. Lutessa no tiene ningún poder aquí y Alex estará bien protegida.

Alex apretó sus labios. ¿Qué le hizo Lutessa a Lena para hacer que suene tan amargada? ¿Kara tal vez? Apuesto que ella se casó con la hermana equivocada.

— No te preocupes demasiado por mí, Lena — Acariciando su estómago, continuó — No iré a ninguna parte durante unos meses. Y tengo dos Aradabs que observan cada aliento que sale y entra de mi boca.

Maggie guiñó un ojo a Alex y extendió su mano a Lena. Tomándola, ella se pudo en pie.

Antes de que pudieran marcharse, Alex dijo:

— ¿Puedes excusar a Maggie un minuto, Lena? Me gustaría hablar con ella.

Ella asintió y vagó a través de la habitación. La mirada fija de Maggie la siguió.

— Espero que esto sea importante, prima — Murmuró — Es una dama que necesita que la consuelen.

Zor-El resopló y masculló algo sobre que necesitaba una bebida. Lanzándole una mirada a Sam, se dirigió a la mesa del bufete. Sam empezó a caminar serpenteantemente de vuelta a su esposa.

— Creen que estoy hecha de porcelana fina — Refunfuñó Alex — ¿Qué creen que podría pasarme mientras estoy rodeada por El?

— Siempre puedes fingir que estamos preocupados por la fortuna en diamantes Gattan rojos que llevas — Bromeó Maggie.

— Eres tan mala como todos los demás.

Ella se encogió de hombros.

— ¿Sobre que quieres hablar, prima? ¿Alguna de esas hermosas damas te ha dicho que me encuentra irresistible?

Ella masculló una maldición.

— Intento ponerme seria, Maggie.

Ella sonrió abiertamente y se sentó.

— ¿Y bien?

— No quiero que embrujes a Lena para meterla tu cama.

Maggie suspiró, pero ella no fingió que pretendía discutir.