1. La paz que enmascara el caos

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10 de Enero - 12:30 PM

Han sido seis. Seis los años desde que mi pequeña volvió a Teselia, seis los años desde que volví a verla, seis años desde que el Equipo Plasma volvió a surgir y tanto ella como yo tuvimos que salvar la región... Seis los años desde que me comprometí con Touko. Habíamos pasado por muchos momentos de tensión, tuvimos nuestros choques y discusiones, pero luego de tanto esfuerzo, volvíamos a estar juntos. Logramos superar las dificultades del camino y apoyarnos para salvar Teselia, y para ello recibimos ayuda de todos; Touya, Mei, Hugh, los Líderes de Gimnasio, el Alto Mando...
Podíamos gozar de una tranquila paz que no se vería perturbada en una buena temporada. Estaba feliz por sentir esa serenidad en el ambiente, fuera a donde fuese. Pude cumplir mi responsabilidad como héroe de Zekrom junto a la heroína de Reshiram, y ser testigo de lo único que era este lugar para todos sus habitantes. En lo profundo de mi corazón, las hermosas vistas que ofrecía Teselia no eran comparables con ninguna otra.
En todo el tiempo que había pasado, las cosas cambiaron mucho. Logré conseguir dinero suficiente vendiendo artefactos e indumentaria que quedó bajo mi cuidado tras la caída decisiva del Equipo Plasma (De todas formas con Ruga llegamos al acuerdo de guardar los artefactos que pudieran sernos útiles en el futuro, por si acaso). Repartí la suma obtenida en partes iguales a cada uno de los miembros de mi equipo en recompensa por su colaboración y arduo trabajo. Decreté que el Equipo Plasma blanco se disolvería. Al escuchar protestas y quejas de parte de mis subordinados, aclaré que era de manera temporal, mientras no se vieran señales de una nueva amenaza. Todos merecíamos descansar, y no tenía sentido que nuestro gremio siguiera en funcionamiento si nuestro trabajo estaba completo. Cuando Teselia necesitara de nosotros otra vez, nos reuniríamos en la base, que actualmente estaba en custodia de Ruga.
Con mi parte del dinero, decidí prepararle una sorpresa a Touko. Unos meses antes de su cumpleaños número veinte, estuve investigando acerca de posibles viviendas en las que podríamos vivir. Tras visitar muchas, y teniendo en cuenta las preferencias de mi pequeña, compré una cabaña ubicada en un bosque cercano a Pueblo Bisctuit. Era de dos pisos, con un único dormitorio en el segundo nivel, mientras que en el primer nivel estaban la sala de estar, el comedor y la cocina. Tenía espacio suficiente para ambos, así que no dudé mucho antes de aceptar el trato.
Cuando mi pequeña cumplió veinte años, la llevé a nuestro nuevo hogar. Todavía recuerdos su expresión de sorpresa al ver que la cabaña ya estaba adecuada para que sólo tuviéramos que mover nuestras cosas.

-¿De dónde sacaste el tiempo y el dinero para esto?- Había preguntado, sin borrar la expresión de sorpresa de su dulce rostro.

-Eso no importa, pequeña- Le sonreí. Sabía que esa impresión y desconcierto eran porque no podía creer lo que hice por ella -Entonces, ¿qué te parece?

La joven dio un paseo por el lugar, con su Zoroark siguiéndole de cerca. Miraba las decoraciones rústicas, los cuadros sencillos y cuanto había. Subió al segundo piso a ver nuestra habitación, y no pude evitar sentir ternura al ver su expresión nerviosa y avergonzada al ver una cama compartida.

-Si crees que vamos demasiado rápido, puedo dormir en el sofá

-No es eso, idiota...- Se había sonrojado. Qué lindo -En serio... ¿Por qué hiciste todo esto?

Dí un paso hacia ella. Acaricié sus mejillas con delicadeza. Touko cerró los ojos un momento. Parecía disfrutarlo.

-Porque te amo, pequeña- Respondí. Me sorprendió escuchar mi voz tan dulce y calma -Te amo y quiero comenzar una nueva vida contigo, literalmente

Unos brazos rodearon mi cintura con firmeza. Había olvidado lo fuerte que era mi pequeña.

-No era necesario tanto- Susurró, ocultando su rostro en mi pecho -¿Cómo fue que conseguí a un chico tan maravilloso como tú de prometido?

III. 𝐿𝑎 𝑅𝑒𝑠𝑢𝑟𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜𝑛 𝑑𝑒𝑙 𝐶𝑎𝑜𝑠 (𝑁 𝑥 𝑇𝑜𝑢𝑘𝑜)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora