Obsesión❌Dolor❌Placer [Illumi x Lectora]

11. Todos tenemos un amor...

Como me gusta el salseo.

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- ¡Perfecto! - Exclamó tu prima, examinando el resultado de su trabajo.

Su entusiasmo te motivó para por fin abrir los ojos y mirar tu imagen en el espejo. Al observar la apariencia que tu prima había logrado darle a la piel de tu cuello, te sentiste salvada por un ángel.

- Increíble- Musitaste, girando el cuello para examinar el maquillaje desde otros ángulos- Deberías dedicarte a esto

- Nah. Ya estoy feliz como "La Chica Lobo"- Se explicó con ligereza- Además, no tienes idea como me ha servido esto para el trabajo. Deberías tomar un curso de maquillaje

- Lo haré cuando pueda ¿Podrías dejarme por escrito todo lo que hiciste?

- No hay problema. No dudo que vayas a necesitarlo de aquí en adelante- Dijo con malicia, haciéndote sonrojarte hasta las orejas.

- Otra vez gracias. Me salvaste el pellejo

- Entiendo que prefieras ocultarlo por ahora, pero creo que nuestro tío es más comprensivo de lo que crees. O sea, el igual ha tenido sus aventuras y tú nunca le has dicho nada- Dijo ella mientras terminaba de escribir las indicaciones.

- Por ahora prefiero que no. Recuerda que tenemos una misión muy delicada

- Es cierto. Todos debemos poner la mente en cazar a esos diez mafiosos- Dijo mientras te entregaba el papel- Hablando de cazar...

Tragaste saliva. Ya sabías que no habría manera de evitar esta parte de la conversación.

- Todavía no me dices quién fue. Creo que merezco saberlo por haberte ayudado- Declaró, fingiendo una expresión adusta.

- De verdad prefiero evitar el tema por ahora

- Déjame adivinar...-Se dijo con una mano en el mentón- Ese flaco de la gorra por fin se decidió a hacerte el favor

- ¡No! No fue él...

- ¿Entonces fue ese que siempre anda vestido de buey?

- ¿Mizaistom? Apenas nos conocemos- Resoplaste con fastidio.

- Mmm creo que ya sé- Dijo con una chispa de astucia en su mirada- Fue uno de los nenes a los que examinaste en la última prueba del cazador. Desde entonces te has comportado distinto

No podías decir que no esperabas esto: como la maravillosa cazadora de listas negras que era tu prima, nunca pudiste ocultarle ningún secreto por mucho tiempo. Finalmente, suspiraste con resignación y decidiste admitir la verdad, suplicando por que con esa información quedara satisfecha por el momento.

- Sí, lobita. Fue con uno de ellos

- ¡Auu! Eres una perversa-Chilló, haciéndote preocuparte por el bienestar mental de los ocupantes del apartamento vecino- ¿Es menor que tú cierto?

- Eso no importa. ¿Olvidemos el tema? - Resoplaste, cada vez más fastidiada.

- Está bien, está bien, lo siento. Ojos y mente en la misión- Se disculpó, señalando sus ojos y luego sus sienes.

Esa misma tarde, tú, tu prima y tu tío se reunieron en el corazón de la ciudad, justo donde ya había comenzado la subasta anual de York Shin.
Los siguientes días fueron tranquilos. Bueno, tranquilos considerando tu profesión: De momento, sólo te correspondía la misión de estudiar el flujo de asistentes a la subasta, y reunir cualquier prueba sobre el posible refugio de los diez dones de la mafia. En cierta forma, agradecías estar hasta el cuello de trabajo: De otra forma, no se te habría hecho tan fácil dejar de pensar en lo que había ocurrido hacía algunos días con el Zoldyck mayor.

Así, entre investigaciones y correrías, la primera semana en la subasta se te pasó increíblemente rápido. Tu tío ya había recibido en la ciudad a otros de tus primos, a los que había llamado como refuerzo: la Chica Lince, la Chica Águila y el Chico Búfalo.

Justo ahora, se encontraban todos reunidos en un elegante café ubicado en el último piso de un inmenso rascacielos, y tú estabas a la cabecera de la mesa entregándoles un resumen sobre todo lo que habías visto y averiguado durante la última semana. Se te hizo evidente que habías hecho un buen trabajo cuando terminaste tu informe y toda la mesa estalló en aplausos. Tu tío te dio unas palmadas de felicitación al regresar a tu asiento.

Luego del almuerzo, todos se separaron para dedicarse a sus respectivas misiones dentro de la subasta. Estabas a punto de dejar el café cuando la mano de tu tío en tu hombro te detuvo, y tuviste que hacer un enorme esfuerzo para disimular tus nervios.

Cuando te volteaste, te encontraste con una mirada brillante de satisfacción.

- Estoy muy orgulloso de ti-Declaró, posando ambas manos sobre tus hombros.

- Muchas gracias, tío. Hago lo que puedo- Le respondiste con una sonrisa.

- Lo has hecho muy bien, pero hoy no quiero saber que has estado trabajando

- Tío...

- Ve a la ciudad y diviértete, pasea por la subasta o algo. Necesitas descansar

Ya sabías de sobra lo infructífero que resultaba intentar llevarle la contraria a tu tío, así que sólo asentiste.

- Lo haré, tío. Recuerda avisarme si hay una emergencia- Le pediste.

- No te preocupes- Te sonrío sobradamente- Ahora sáquese. Escuché que hay una buena oferta de cuchillos Benz este año

- Prestaré atención ¡Adiós, nos vemos! - Te despediste mientras caminabas hacia el ascensor

No recordabas la última vez que te sentiste así de orgullosa contigo misma y así de cercana con tu familia. Sólo deseabas que nada interrumpiera este momento.

Sin embargo, una vez más, la vida estaba a punto de atraparte con la guardia baja.

Cuando llegabas al último piso, sentiste tu teléfono vibrar. Antes de revisarlo, suplicaste para que esto no fuera más que una horrible coincidencia, pero ahí estaban esos dos mensajes brillando en la pantalla.

"Señora cazadora"

"Quiero verte"

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¿Qué les dije? Illumi no se iba a olvidar tan fácil de nosotras. Que dios nos pille confesadas.