Obsesión❌Dolor❌Placer [Illumi x Lectora]

23. Lo que pasa en familia...

- Así que irás a NGL con quien gane ¿Verdad?- Preguntó Killua con desconfianza.

- Así es- Le respondiste.

- ¿Y como supiste de Kyte?- Preguntó Gon.

- Ya te lo dije: Teníamos un acuerdo para protegernos

- No, no. Eso ya lo sé- Aclaró, con profunda curiosidad- Me refería a cómo se conocieron

- Yo...es complicado- Admitiste, algo abochornada.

Aún no te habías contactado con Shoot y Knuckle, pero no lo sentías necesario. Además, te sentías muy cómoda en presencia de los chicos, especialmente de Gon. Estabas tan acostumbrada a los rumores y evasivas de los demás cazadores, que habías olvidado cómo se sentía ser tratada simplemente como una adulta de confianza.

- Aún queda un tiempo antes de la pelea ¿Quieren que los entrene?- Les ofreciste, intentando evitar el tema de Kyte.

- ¡Claro que sí!- Aceptó Gon, casi de inmediato.

- Está bien, supongo- Resopló Killua con indiferencia- No es que podamos hacer mucho más por ahora

Despúes de la cena, los tres se dirigieron a la pensión que habían elegido como morada temporal.

Para su sorpresa, Palm, la otra cazadora de su equipo, había contactado a Biscuit Krueger para que supervisara a Gon y Killua. Aquello te quitó un peso de encima: Aunque agradecerías la posibilidad de distraerte un poco entrenando a los chicos, la verdad era que no te encontrabas en el estado mental idóneo para ello.

Los días que siguieron, Gon y Killua salieron varias veces en búsqueda de Shoot y Knuckle, pero, extrañamente, sus encuentros no llegaban a ninguna conclusión. Era como si sus rivales les estuvieran dando la oportunidad de mejorar antes de la batalla definitiva, o por lo menos, ese sería el caso de Knuckle. Tratándose de Shoot, a juzgar por lo poquísimo que le habías oído decir sobre él a tu tío, lo más probable es que estuviera todavía escondido entre las sombras.

Respecto a lo último, hubieras querido preguntarle que pasó directamente a Killua, pero aquello parecía imposible: Biscuit no te permitía acercarte a él. Cada vez que se separaba de Gon, lo cual ya de por sí era rarísimo, ella se aseguraba de estar encima de él, haciéndole preguntas o exigiéndole demostraciones con la excusa del entrenamiento. Era difícil para ti asumirlo, pero lo más probable era que lo hiciera a propósito: La relación de tu familia con los Zoldyck era un secreto a voces, y ella tenía sus motivos para creer que Killua no estaría seguro en tu presencia.

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Por fin cayó, la tarde del último día, y con ella, se aproximaba la hora en que los chicos debían partir a su pelea definitiva con Shoot y Knuckle.

- Sé que darán lo mejor de ustedes. Les tengo mucha fe, muchachos- Los animaste, dándoles una palmada en el hombro a cada uno.

- Gracias, señorita ¡Lo haremos!- Te contestó Gon con entusiasmo, mientras Killua sólo te observaba y asentía.

Tristemente, tu actitud no era otra cosa que una fachada. Los chicos tenían un talento impresionante, y habían completado su entrenamiento aún mejor de lo que esperabas, pero sabías que no ganarían: Por lo que habías conseguido averiguar de Shoot y Knuckle, aún eran demasiado jóvenes para tener una oportunidad de vencerlos, y más aún considerando la actitud de Killua ante nuevos oponentes. Lo más sano sería limitarse a animarlos después de su derrota.

Cuando sus figuras casi se habían perdido a lo lejos, por fin reuniste el coraje para hablarle a su maestra.

- Biscuit-sama- La llamaste.

- ¿Sí?- Preguntó ella, volteándose hacia ti.

- Hay algo que quiero saber sobre Killua

- Oh...

Ella lucía incómoda, como si hubiera estado preparándose para esta conversación, pero manteniendo la esperanza de evitarla.

- Usted sabe que no le haría daño, aunque sea un Zoldyck ¿Verdad?- Le aseguraste, con una mirada tenaz.

- Sí, lo sé- Te respondió, casi de inmediato.

Su reacción te tranquilizó. Al menos ella era uno de esos cazadores que tenían claros los principios de tu familia.

- Entonces ¿Por qué lo vigilaba tanto cuando estaba en mi presencia?- Preguntaste.

- Necesitaba verlo de cerca, estudiarlo-Respondió, con cierta congoja en su voz- Él tiene problemas que Gon no

- ¿Qué clase de problemas?- Preguntaste, armándote de valor.La maestra de los chicos dio un suspiro profundo antes de elegir sus palabras.

- Kilua tiene un estilo de batalla demasiado temeroso- Se explicó, mirando hacia el horizonte- Y pienso que es producto de un amor muy grande

- ¿Amor?...

No te gustaba nada la dirección que estaba tomando esta conversación. Ya sabías muy bien quién había entrenado a Killua desde pequeño, y era la misma persona que ahora estaba encaprichada contigo.

- Así es- Afirmó Biscuit- Un amor retorcido y egoísta de la persona que lo crió. Necesitará mucha fuerza de voluntad para superarlo

Una parte de ti se sintió profundamente agradecida de no haber podido estudiar al pequeño Zoldyck de cerca: No querías ver sus cicatrices, y menos imaginarte como se verían esas mismas cicatrices sobre tu propia piel.

"Esos so los Zoldyck: Unas bestias" decía tu tío cada vez que el destino de tu madre surgía en sus conversaciones. Ahora, no podías quitarte sus palabras de la cabeza, por mucho que lo intentaras. Tu último encuentro con Illumi parecía un recuerdo lejano, como un sueño, pero sabías que no podrías mantenerte alejada de él, ni mucho menos salir ilesa de esta relación. De hecho, ya no lo habías conseguido: Las marcas en tus brazos eran testimonio de ello.

Al analizar tu semblante, Biscuit no tardó en notar la pesadumbre que te invadía por aquellos pensamientos.

- ¡No te preocupes por él! Estará bien. Es un chico fuerte- Dijo en un tono mucho más jovial, dándote una fuerte palmada en la espalda.

Lo poco delicado de su tacto te hizo tambalearte, pero, aún así, agradeciste su voluntad de intentar hacerte sentir mejor.

- Tienes razón- Le contestaste con una sonrisa.

- Somos nosotras las que me preocupan- Agregó, bajando el tono de su voz.

Antes de que pudieras preguntarle el motivo de su cautela, sentiste el aura de Palm a sus espaldas, tan turbia y hostil que era como si estuviera respirándoles justo en la nuca.

- Ajá...- Susurraste, esforzándote por no mirar hacia atrás- ¿La puedo acompañar a la estación?

- Por supuesto- Concedió ella.

La verdad era que ya no quedaba mucho por hacer. Sólo esperar por el desenlace de la batalla y prepararte para adentrarte en Neo Green life, esperando terminar esta misión tan entera como llegaste. Y, por supuesto, dejar de pensar en Illumi.

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Pos sí. Así con el amor tóxico de Illumi.

La verdad, esta parte de la serie me hizo empatizar con el personaje.