Obsesión❌Dolor❌Placer [Illumi x Lectora]

16. Si los mundos chocan

Finalmente, había llegado la noche de la misión para capturar a los diez dones de la mafia.

Como era la costumbre en las misiones grupales, tú y tus familiares de reunieron para desearse suerte unos a otros antes de partir a sus respectivos lugares. Tú, que eras considerada como la guerrera más capaz después de tu tío y la Chica Lobo, ya te habías despedido de todos menos de tu mentor, el cual parecía más taciturno de lo normal.

- Tío ¿Pasa algo? - Le preguntaste.

Él no te respondió de inmediato, sino que se quedó escrutándote atentamente, como si no estuviera seguro de que tu presencia fuera una buena idea.

- No es nada- Dijo por fin- Ten mucho cuidado en la misión

- Lo tendré, tío. Además, recuerda que hemos preparado cada detalle- Le contestaste, creyendo que su actitud se debía al temor de que tuvieras un contratiempo durante el asalto.

- Es verdad- Suspiró él- Sé que lo harás bien

Con eso, se dieron un abrazo de despedida y cada quien siguió su camino hasta sus respectivos lugares.

De acuerdo a la información reunida por tu familia, la mansión estaba minuciosamente protegida: Tanto los jardines frontales como el vestíbulo, el segundo piso y los jardines. Si querías capturar a los diez mafiosos con vida, y enfrentar a la menor cantidad de guardias posible, lo más prudente sería entrar por la parte trasera del enorme lugar, la cual tenía un sendero oculto que desembocaba en los inmensos jardines interiores.

Te infiltraste por el sendero, y luego hacia los jardines, noqueando o incapacitando a los guardias que se cruzaban por tu camino. Pronto, algo llamó tu atención: a pesar de ser una entrada oculta, habías encontrado muy poca resistencia. Era como si la mansión hubiera sido atacada desde otro frente, y casi todas las fuerzas de seguridad se hubieran precipitado a intentar frenar esa invasión, abandonando sus lugares originales.

Luego de recorrer los umbríos pasillos hasta el segundo piso, encontraste un salón con las puertas abiertas de par en par. Ahí estaban: Los diez dones reunidos alrededor de una enorme mesa redonda, iluminada por la mortecina luz de un candelabro.

Pasaron los segundos, y después los minutos, y ninguno de los hombres hablaba ni se movía: Era como si la sala se hubiera congelado en el tiempo.

Cuando habías pasado los diez minutos escondida, decidiste que ya era hora de revelarte ante los mafiosos, rogando para que ninguno tuviera habilidades de combate equivalentes a las tuyas. Te acercaste con extremo sigilo, resguardándote tras la sombra de los suntuosos muebles y macetas que decoraban la habitación, y cuando te quedaste sin refugio para seguir avanzando, te erguiste y caminaste hacia la mesa en posición defensiva.

Los diez dones estaban totalmente rígidos, con los ojos abiertos y vidriosos. Pronto, notaste algo que te apretó el corazón como un puño: Cada uno tenía nuca perforada con decenas de agujas.

- Señorita cazadora- Escuchaste a tus espaldas.

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Como decía Rubén Blades, "La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida"