Obsesión❌Dolor❌Placer [Illumi x Lectora]

18. Gracias a la lluvia

Notas preliminares:

Lo siento por el tiempo sin actualizar. La verdad me faltaba inspiración.

Continua el juego peligroso.

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- Mierda...- Refunfuñaste entre dientes, incorporándote sobre la mesa y apartando a Illumi de un empujón.

Lo primero que hiciste fue buscar tus prendas inferiores entre la penumbra, poniéndotelas con tanta brusquedad que tus pantalones casi se desgarraron. El Zoldyck no tardó más de unos segundos en ordenar sus propias ropas y, para cuando por fin te incorporaste sobre el piso, él ya estaba en posición defensiva, con tres agujas en cada uno de sus puños y escuchando atentamente los murmullos que provenían del piso de abajo.

Pronto, pudiste distinguir la voz familiar de tu tío, y otra mucho más suave e infantil, que sin duda correspondía al pequeño hermano del Zoldyck. Ante la inercia de Illumi, te acercaste a él con suma precaución, y apoyaste tu palma contra uno de sus omóplatos.

- Debes irte ahora- Le susurraste, suplicando por que no decidiera bajar las escaleras y enfrentar a ti tío.

- Eso planeaba- Te respondió con toda calma- Esperaré a Kalluto afuera

- ¿Lo...esperarás? - Preguntaste, descolocada ante esa actitud despreocupada con su propia familia.

- Sí, ustedes no lo lastimarán ¿Me equivoco?

Su respuesta te hizo suspirar de alivio. Era cierto: Una de las reglas de oro de tu clan era jamás lastimar a un niño, y eran conocidos por ello.

Resultaba hasta divertida la calma y eficiencia con que ambos iban manejando la situación. Parecía que sus...actividades habían disipado todo rastro de tensión y los habían regresado de golpe a la realidad.

- No. No te equivocas- Le respondiste, palmeando su hombro en señal de seguridad.

Por toda respuesta, el joven asesino asintió con la cabeza y te dedicó una sonrisa, siniestra y encantadora como sólo en él habías visto. Aquello bastó para hacerte sonrojarte y caldear cada fibra de tu cuerpo, a pesar de todo lo que ya había sucedido entre ustedes.

¿Qué diablos te pasaba? La verdad, ya ni siquiera querías pensar en ello.

Ya te disponías a voltearte para ocultar tu expresión azorada, cuando el Zoldyck te detuvo con una mano en tu espalda y la otra bajo tu mentón, forzándote a mirarlo directo a los ojos.

- Te compensaré por esto- Declaró.

- ¿Por qué cosa?

- Por interferir en tu misión

- ¿Cómo lo harás? –Preguntaste, incrédula.

- Sólo espera un tiempo. Volverás a saber de mí

Con apenas un roce, el asesino dejó de envolverte con su cuerpo. Antes de acostumbrarte a la pérdida, lo viste caminar hacia el enorme ventanal de la sala, que se encontraba abierto de par en par hacia el balcón.

Sin siquiera pensarlo, como hipnotizada, seguiste al Zoldyck hasta que él estuvo frente a la baranda de concreto, y tú justo afuera del umbral de la ventana, en la posición ideal para que la lluvia lavara tu rostro y tus ropas.

- Adiós, señorita cazadora- Se despidió, dedicándote una última mirada con sus ojos de felino.

No alcanzaste a pensar en una respuesta: Los labios de Illumi sobre los tuyos te tomaron por sorpresa. Tu sólo te sometiste, intentando acomodarte para besarlo con más pasión, pero antes de poder a acostumbrarte a su sabor, él ya se había apartado de ti.