Yami no es celoso de por si, confiaría 100% en su pareja, es difícil que se ponga celoso, pero no imposible.
Llevabas algunos días saliendo por ahí, Yami había escuchado de que habias hecho un nuevo amigo y se llevaban muy bien.
El pelinegro no le tomó demasiada importancia, después de todo era tu pareja y él solo un amigo, además te conocía, no le engañarias nunca.
Todo iba bien aunque Yami había tenido bastante trabajo esta última semana, así que apenas Habíais pasado tiempo juntos.
Cuando al fin se quedó libre de todo el trabajo que tenía amontonado fue a buscarte, te echaba de menos y necesitaba de tus abrazos, aunque Yami se viera rudo, en realidad era como un osito grande que necesitaba mimos.
Mientras que te buscaba, una sonrisa estaba plasmada en el rostro, estaba pensando en lo que podíais hacer en todo el tiempo libre que tenía.
Y se le ocurría varias cosas que ambos ibais a disfrutar bastante (7u7)
Su sonrisa se le borró cuando te vió hablando felizmente con aquél amigo que habías hecho, era bastante lindo y era un caballero magico del amanecer dorado, dedujo por su capa.
Se molestó, bastante, no contigo, si no con aquel chaval, le estaba robando tiempo para estar a tu lado y, además, todo este tiempo que Yami no pudo estar contigo aunque lo deseara estaba aquél chico en su lugar, y eso sin duda hizo que se mosqueara aún más.
— Hey, Emy — se acercó a ti con una sonrisa, que para ti fue una sonrisa normal, para tu amigo fue realmente terrorífica
Le saludaste feliz con un casto beso en los labios, eso lo relajó un poco.
Aunque cuando volvió a ver la cara de tu amigo volvió a enfadarse.
— Ya tengo tiempo libre — te agarró de la cintura y te puso en su hombro como si fueras un saco de papas — así que ya podemos tener sexo — empezó a caminar hacia la base de los toros negros
Te volviste roja de la vergüenza, intentaste bajarte de su hombro pero recibiste una nalgada.
Nunca lo habías visto así en público, así que te sorprendiste.
Al final te dejaste llevar, no podías ante la fuerza de tu novio.
Justo cuando habíais llegado a la entrada de la base, sentiste la mano de Yami pasar por tu pierna hasta llegar al muslo interno.
— ya verás cuando lleguemos a la habitación
Ponía la excusa de que había estado una semana sin tener de tu atención y estaba necesitado, y aunque eso haya influido, en realidad sentía la necesidad de marcarte de alguna forma.
Yami se sintió un poco estúpido al día siguiente, creyó que se había comportado con un adolescente hormonal.
Habíais tenido una noche movidita, con mucha acción, no te molestó en lo absoluto pero Yami creyó que se había pasado así que se disculpó contigo.
