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-Bien, nos quedan cuatro paquetes de galletas, dos de fideos y uno de arroz.
me encontraba almacenando las provisiones que nos quedaban para las dos semanas de cuarentena que nos habían dado de forma reciente, realmente no teníamos mucha comida para pasarla bien estos días, pero era suficiente para dos personas, bueno, si es que nos servimos las porciones que nos deberían tocar.
-tres paquetes de galleta -fruncí el ceño al escucharlo, estaba seguro que había contado cuatro.
miré la caja de nuevo para contar los paquetes, y en efecto, faltaba una de chocolate, pero no era un misterio quién se la había llevado, sólo tenía que mirar sus comisuras con pedazos de galletas para saber que él había sido el ladrón.
- Jungkook, que tenemos que ser precavidos. -hablé en un tono serio, no quería ser el único maduro de los dos, él debía entender que estábamos en algo grave, y no teníamos que comer porque sí.
esbozó una sonrisa mientras se seguía comiendo las galletas, suspiré intentando no decirle una mala palabra.
-venga, Yoonie; pasado mañana salimos a comprar -su mano acarició mis cabellos, la manera en que lo hacía, tan delicado, tan cariñoso, le hizo sentir a mi corazón elevarse. -y si no encontramos algo, te como a ti.
lo empujé tras escuchar esas palabras llenas de burla, escuchando como se largaba a reír luego de ver mi rostro sorprendido.
miré hacia otro lugar, tapando mis mejillas para que no delataran mis sentimientos, mientras él se alejaba de mi para irse a jugar aquellos típicos juegos en donde se quedaba horas pegado a la pantalla.
-idiota -susurré sin que se diese cuenta.
Jungkook consigue lo que quiere, pero juega sucio.
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