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Tosía como nunca antes, los pulmones me dolían y mi garganta pedía a gritos mudos que dejase de acotar aquella acción, que lo único que estaba logrando era lastimarme más de lo ya estaba mi sistema respiratorio.
—¿estás bien? —preguntaba Jungkook mientras me veía desde su habitación, estaba escondido detrás de la puerta, mientras me veía con un sólo ojo.
vaya exagerado.
—K- Kook —hablé suave, intentando que las palabras no me rasgasen la garganta. —me siento muy mal.
me levanté a duras penas del sillón, sintiendo todo mi cuerpo envolverse en un calor doloroso, pero sentía frío, mucho frío, por lo que fui a cerrar la ventana del comedor.
—vaya mierda de suerte, estoy enfermo. —sentí unos pasos detrás mía, me di media vuelta para cruzarme de brazos al verlo, ¿por qué llevaba una mascarilla? —¿eres gilipollas o te haces?, no he salido en semanas.
se encogió de hombros mientras se acercaba con duda hacia mi cuerpo. —nunca se sabe —llevó su diestra a mi frente, reposando unos momentos allí para ver mi estado de temperatura.
mis piernas temblaban ante su fría mano, y ante cualquier caída que probablemente sucedería, decidí abrazarme a su cuerpo por seguridad, chocando mi mejilla contra su pecho. —creo que tengo fiebre.
se rió en voz baja mientras acariciaba mis cabellos, dejé que hiciera aquello sin agregar palabras, pues su tacto era tan suave que aliviaba un poco el dolor que estaba sintiendo en estos momentos. —ven.
sus manos se deslizaron por mis muslos e hizo un impulso hacia arriba en cuanto agarraron estos, obligándome a enrollarme a su cadera mientras él caminaba en dirección a su habitación.
intenté ignorar lo mucho que ardía mi cara, no quería pensar en la razón de aquello, pues prefería mil veces echarle la culpa a mi resfriado.
—mi cama es más caliente —asentí, recordando el día que por primera vez compartimos cama, algo imposible de olvidar. —pasarás la noche acá, ¿vale? —volví a asentir una vez me metí de lleno dentro de sus sábanas, intentando que estas me arropasen lo mejor posible. mis ojos se cerraron al sentir el olor de Jungkook deleitar mis fosas nasales, a pesar de que no se bañaba, el olor de su cama era bastante agradable, es como si estuviese durmiendo con él.
y como si fuese una conexión de pensamientos, sentí un peso extra en la cama, metiéndose en esta. —venga, esperemos que mañana se te pase —acarició una de mis mejillas mientras me miraba triste. —así te doy los besos que no te pude dar hoy.
asentí, pidiéndole a jesucristo que no me arrebatara el placer de besarlo cuando quisiera, sólo por un resfriado de mierda.
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