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-pesas...
hablé complicado, estaba encima de mi cuerpo mientras me apresaba con sus brazos sólo para que no me escapase de él, y no es que no quería que estuviese conmigo, sólo que me daba vergüenza que mi rostro se pusiese tan rojo por cada roce de labios que teníamos.
-Jungkook, pesas -sus belfos sonaban en mi frente, mejillas, nariz, en la última me dieron ganas de reír, pero aún así no quería ceder ante él. -p- para, joder.
se cruzó de brazos mientras me miraba con un puchero en sus labios. -que borde -me retó, fingiendo dolor en su pecho, pues llevo una de sus manos a este. -no ha pasado ni dos días y ya me odias.
retiré mi cuerpo que estaba debajo suya, sentándome en el sofá para que estuviésemos mejor acomodados, y así no me acorralaba tanto. -eres exagerado, ven acá -agarré su polera que si mal no recuerdo la llevaba el mismo momento que se bañó, ahí supe que no había tocado la ducha desde ese día, pero tampoco había pasado mucho tiempo, así que se lo dejé pasar. -andas muy amoroso.
-perdón -soltó finalmente, acariciando mis mejillas con sus dos manos. -pero hace mucho tiempo tenía ganas de besarte, y ahora que puedo hacerlo, no sé... -relamió sus labios mientras miraba fijo mis ojos, aquello me ponía más nervioso todavía. -es irreal.
sonreí, sintiendo como me envolvía en un suave abrazo. -ya, te entiendo -sentí como su calor se transfería a mi cuerpo, llevé mis manos a su cabello, estaban bastante suaves, raras veces se ponían así, por lo que este día era especial.
-Yoon. -se separó de mi, para volver a mirar mis ojos.
alcé una ceja, intrigado por su tono de voz. -dime, Kook.
-¿te puedo besar?
y así todo el santo día, pegado a mis labios.
pero bueno, no me quejo, pues al fin lo tenía en mis brazos, y no hay nada mejor que los sentimientos correspondidos.
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