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— Yoon, mira.
fruncí el ceño, no iba a hacerle caso, yo nunca le molestaba cuando estaba con la vista pegada a sus videojuegos, ¿por qué me tiene que venir a tocar los cojones justo cuando estoy ocupado?
—oye —pasó un brazo por mis hombros mientras yo seguía con mis ojos intactos en la serie, no me quería perder alguna pista de ese relato criminal. —deja de ignorarme.
—joder, Kook. —exclamé molesto, pausando la serie que tenía en la televisión, y así mirarle a los ojos. —¿qué ocurre?
me sonrió mientras me mostraba su teléfono encendido y sin clave, fruncí el ceño por ello. —mira.
estaba abierta la pantalla de whatsapp mientras mostraba toda la fila de conversaciones que tenía, todas ellas con hace un mes de leídas, es decir, unos días antes de que iniciaran cuarentena.
—no he hablado con nadie —dijo mientras acercaba su rostro hacia mi, yo me hice a un lado, intentando que no tocara más de lo debido.
—¿qué tiene que ver eso? —pregunté.
sacó el brazo de mis hombros y ahora tomó estos con sus dos manos, mirándome con el rostro envuelto en molestia — Yoonie, ¿te falta un tornillo? —comenzó a sacudirme mientras yo no sabía qué hacer o decir, ¿me estaba tratando de confesar algo? —con la única persona que he interactuado es contigo.
alcé una de mis cejas. —¿y? —suspiró y bajó la vista hacia abajo, sólo para después mostrarme una mueca y dirigirse hacia la puerta principal, y antes de cerrar esta, me dedicó una mirada cargada de pena, yo cada vez me asustaba más. —¿a dónde vas?, estamos en cuarentena.
—a buscar otra forma de decirte que me gustas.
asentí despreocupado y volví mi vista hacia el televisor. —ah, suerte —fruncí el ceño al procesar las palabras que había soltado de sus labios, haciendo que me levantase del sofá para ver como cerraba la puerta a sus espaldas. —¿qué?
no pude escuchar su respuesta, había reaccionado muy lento a lo que me había dicho Jungkook, aunque todavía no estaba tan seguro de lo que habían percatado mis oídos.
¿Acaso dijo que le gusto?
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