Cince.

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Día diecisiete.

Había llegado recién de pagar la cuenta de la luz y el agua en un pequeño local que quedaba a unas calles de nuestro humilde hogar, me preocupé por Jungkook, pues le dije que demoraría treinta minutos, y terminé ausente por más de tres horas, y mí...

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Había llegado recién de pagar la cuenta de la luz y el agua en un pequeño local que quedaba a unas calles de nuestro humilde hogar, me preocupé por Jungkook, pues le dije que demoraría treinta minutos, y terminé ausente por más de tres horas, y mínimo lo que haría él en ese tiempo, sería quemar la cocina.

las luces estaban apagadas, fruncí el ceño, raras veces las veía así, puesto que pasábamos todo el día en el comedor, y más él, pues ahí se encontraba su computador, me encogí de hombros, supongo que se fue a dormir más temprano.

una tenue luz comenzó a interferir con mi objetivo de ir a la habitación, haciendo que me acercara al origen de esta, que era un mesa que tenía velas y una hermosa cena.

de la nada, mis pálidas mejillas se colorearon.

—Como extrañabas los restaurantes, quise recrear uno aquí —se acercó a mi, quedándonos frente a frente, yo tragué saliva, aguantándome las terribles ganas de besarlo, el desvió su vista a mi silla correspondiente, para separarla de la mesa y dejar un espacio para que me sentara. —¿me acompañarías en esta noche para nada romántica?

Asentí sonriente mientras me sentaba, el fue a su sitio y comenzó a servir copas de vino. —para nada romántica —repetí sus palabras, sintiendo un hormigueo en mi cuerpo, sabiendo el significado de ellas.

Dejó el botellón de cristal en la mesa mientras dejaba los vasos correspondientes en su sitio, luego tomó mi mano de improvisto, yo lo miré, parecía nervioso. — Suga, antes de que descubras lo que hay dentro del plato, quiero que sepas que no soy muy bueno en la cocina.

bajé mi vista hacia donde iba nuestra conversación, nuestra comida estaba siendo tapada con una tapa enorme, rápidamente se me abrió el apetito, y aunque no supiera bien, me comería todo lo que Jungkook hiciese.

abrí con cautela lo que me impedía ver mi cena en esta tan bonita noche, y preferiría mil veces no haberlo quitado, pues le quitó el sentido a este momento tan hermoso. —¿Es en serio?

se encogió de hombros mientras se devoraba un pedazo de pizza que sacó de su plato. —te dije que no sabía.

—coño, pero al menos quítale la caja —lo reté, pues se veía el precio y todo.

comenzó a reírse, yo mantuve mi postura durante sólo unos segundos, pues sus ojos achinados y el como tapaba su rostro con sus manos, fue más que suficiente para que el enfado por su idiotez se me desvaneciera.

—Comételo o me lo comeré yo —dijo mientras acercaba su mano a mi plato, yo retiré esta de un fuerte manotazo para que entendiera lo que le esperaba si me robaba. —o si quieres, me como esa boquita tan linda que tienes.

— Cállate, kook.

— Cállate, kook

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࿔⠀⠀𝗤𝗎𝖺𝗋𝖺𝗇𝗍𝗂𝗇𝖾⠀「 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐠𝐢 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora