No, ella no era perfecta ni si quiera su historia, sin embargo... a los ojos de Five Hagrevees esa chica no era más que su mundo, su salvación y su refugio.
¿Conoces el sentimiento cuando alguien llega y te pone el mundo de cabeza?
Una historia ll...
Hay personas que solo piensan en sí mismas y en sus interéses. El señor Reginald era una de esas personas. - Ella esta sola, es hora de ir. - una grave voz retumbó por las paredes de esa obscura habitación. - Excelente Pogo, prepará el auto. -
El timbre sonó, era realmente extraño que alguien nos visitará. Mari no tenia muchos conocidos y jamás fue realmente social, la única persona que solía visitarnos a menudo era un anciano que al parecer estaba interesado en Mari. Deje mis actividades de lado para bajar las escaleras y abrir la puerta. Un hombre bastante elegante y muy serio estaba fuera de la puerta, con completa confusion pregunté que se le ofrecía, estaba completamente convencida que a venir a visitarnos no venía y antes de que yo pudiera si quiera analizar la situación; habló sin más. -Buen día, mi nombre es Reginald Hagrevees y soy el creador de la brillante Academia Umbrella.- Tenía entendido que los estudiantes si es que asi se les puede llamar, eran niños con ciertas habilidades especiales, claro que eran famosos pero realmente siempre han sido muy reservados, nadie sabe nada más allá acerca de ellos. Temí, temí porque tenía miedo de que ese señor supiera de mis habilidades, ni si quiera Mari lo sabia y mi padre me enseño que quedarme callada podría salvarme la vida.
-Se equivocó de dirección, que tenga un excelente día.- Dedique una sonrisa falsa sin mostrar los dientes para cerrar la puerta pero algo me lo impidió. -Claro que se perfectamente en dónde estoy, sé que usted tiene habilidades distintas, ¿O me equivocó, señorita Eileen?- Ese hombre sabía como me llamaba, imposible... Con mucho miedo insistí en que estaba completamente equivocado, que yo no era la persona que buscaba. -No sé de que me habla, ahora retirese o tendré que llamar a la policía. -
- Dejeme ponerla en contexto, estoy aqui porque sé que tiene un maravilloso potencial, vengo estudiando su comportamiento hace varios meses y es extraodinaria, solo mi academia la puede preparar para el mundo, la quiero integrar a la clase inagural de la Academia Umbrella.
- ¿Necesita una sirvienta para sus alumnos? ¡Oh espere! ¿Qué se supone que son, sus hijos? aparte, ¿Qué pretende, que vaya con usted sin nada más que decír? - Me encargué de culminarle la calma, conocía a ese hombre, lo había visto en television y claro que conocía a su brillante academia. Mucha gente decía que ese hombre era malo, otros que simplemente era un millonario con gustor exóticos cómo es común entre esa gente. -¿Perdone? No tolero estas faltas de respeto, mi propuesta es clara y concreta. Usted tiene una tutora, ¿no es así? regresaré mañana para hablar con ella, probablemente sea mas razonable que tratar con una pequeña de 13 años, permiso. - El hombre dio la vuelta y subió a su auto. Subí corriendo a mi habitación con total confusión, cuándo mi padre falleció; con él murió cualquier prueba de que yo fuese especial a no ser que...
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Me levanté con total seguridad que ese hombre no volvería e incluso aunque lo hiciera estoy convencida que Mari jamás aceptaría que me aparten de su lado, he estado con ella estos últimos años y nada ni nadie nos podría separar. Mari me hablo para decirme que el desayuno estaba servido, tomé un baño y me cambié para bajar a tomar el desayuno con ella. Mari me conocía perfectamente y ella sabía que ocultaba algo ya que estaba muy callada, me preguntó si me pasaba algo por lo cual le dije que no, que simplemente estaba meditando ciertas cosas, aún asi debo admitir que me sentia algo insegura el saber que ese hombre me conocía, eso podría implicar un riesgo para Mari el cual no vale la pena sobrellevar. Mi tranquilidad se encontro interrumpida cuando una vez más el timbre sonó... En ese momento mi ansiedad empezó a aumentar, cuando Mari fue a abrir la puerta ahí estaba parado el señor Hagrevees, me levante de la silla rápidamente para protestar. - ¿No fuí clara señor? - Mari me miró confundida al saber que yo conocía a ese elegante hombre, el cual no se andaba por las ramas, se notaba en su forma de conversar ya que concretamente se presento y habló acerca de mi y de una propuesta que él tenía. Mari siendo una mujer anciana le pidio que se explicara más ya que yo era educada en casa, por ella; no había manera de que ese hombre fuera algun docente o autoridad de algún colegio. - No tengo tiempo para dar explicaciones, señora. - Quise decirle algo, ¿cómo se atrevía a hablarle así? pero antes de cualquier cosa dió un fuerte grito. -¡NUMERO 3, VEN ENSEGUIDA!
Del auto salió una chica como de 13 años, con uniforme, cabello ondulado y un antifaz. La niña se acercó a Mari a susurrar algo, inmediatamente Mari me dijo que recogiera mis cosas, que tendría un nuevo hogar. La morena no me volteo a ver y subió inmediatamente al auto.
Me llené de miedo y de rabia, di pasos lentos hacía atrás para huir de aquel hombre pero de un momento a otro mi vista se nublo y caí al suelo, lo único que pude escuchar fue "Súbanla al auto"
