Capitulo 5 "El entrenamiento"

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Eyleen era muy inocente a decir verdad, jamás le gustaron los problemas, incluso no sabía como defenderse, no sabía decir que no, le costaba trabajo socializar y le costaba trabajo si quiera pedir algo, su mamá la volió vulnerable ya que ella cuando estaba con su padre era todo lo contrario. Su padre le inspiraba fuerza y confianza, se sentí imparable, sin embargo su madre desaparecio toda confianza de ella. Incluso aunque trato de poner en su lugar a número cinco y no lo logró del todo, no pudo evitar sobrepensar sobre eso, en que tal vez podria caerle mal o tal vez que fue demasiado grosera.

Se acosto a la cama con sus pensamientos intrusivos, sin embargo en cuanto toda la casa estaba en silencio, tomo una mochila, guardo solamente cosas importantes, salió de su habitación con cautela, bajo las escaleras pero en el camino se topo a Ben, arruinando cualquier posibilidad de salir de ahí. El chico abrió los ojos cuando la vió, dando un suspiro de alivio cuando se dió cuenta que no era su padre. --Eyleen, me asustaste- Preguntó curioso que hacía ahí, la chica muy nerviosa no supo que responder, simplemente se quedó callada. Ben, simplemente rió en lo bajo al ver que la chica estaba sin palabras, ni si quiera le dió importancia a la notable mochila que la chica llevaba abierta sin ella percatarse de eso. -- Recuerda que pasaré a tu habitación para el entramiento, será mejor que bajemos a dormir. -- Eyleen subió a su habitación sintiendosé inútil por haber fallado en su intento, ahora tendría que estar ahí un día más, le daba mucha pena el no ser suficiente, no quería que la humillaran ni hacerla sentir menos. Los demás seguro ya sabian como usar sus poderes, ella no sabía nada. Durmió para al día siguiente escuchar como Ben estaría tocando su puerta para ir por ella tal como lo prometió.

--Espero estes lista.--Eyleen sonriendo rapidamente sin emoción alguna y sin mostrar dientes, asintió con la cabeza, cruzando la puerta y dejando que Ben la guiara. Caminaron haca la planta baja de la academia, detrás de una enorme puerta negra se encontraba la sala de entrenamientos, en cuanto Ben y Eyleen cruzaron la puerta todas las miradas de sus hermanos fueron hacia ellos. Ambos se dirigieron donde sus hermanos, poniendose todos frente a su padre. Reginald comenzó inmediatamente a hablar. -Bien, número ocho, da un paso adelante. -- Miro a su al rededor y fijando su mirada en ella. --Este es nuestro lugar de entrenamiento, cada una de las paredes esta diseñada para ser inmune a cada uno de sus poderes, estando aquí nada saldrá al exterior.






 --Este es nuestro lugar de entrenamiento, cada una de las paredes esta diseñada para ser inmune a cada uno de sus poderes, estando aquí nada saldrá al exterior

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*algo así pero menos moderno por el año 2004 (13 años)*

Reginald cuestionó a Eyleen acerca de lo que sabía hacer, ella le respondió que sus poderes no estaban dominados, no podía hacer nada. Por la cabeza de todos pensaba en que tanto potencial podría tener, número cinco bufó gracioso al escuchar la peticion de su padre hacía la chica, dando su opinión por lo alto. --Que emoción, nos demostrara su gran potencial.-- sonrió notablemente sarcástico hacía la nada. Eyleen se intimidó, quiso ignorarlo pero no podía, no practicaba hace mucho, no quería decir nada, solo se quedó callada.

Reginald dió una señal hacía Pogo, el chimpancé llevaba un balde lleno de agua, dejandolo encima de la mesa frente a la chica. Reginald le dedico una mirada fria.- Bien, quiero que lo levantes y te teletransportes con él, sin derramar una sola gota.- Eyleen lo miró asustada, ella no podía si quiera teletransportarse menos de un metro sin embargo acepto. Fijo su mirada hacia el balde con agua, frunció su ceño y llevo toda su energia hacía su objetivo sin embargo no logró nada, su vista se nublo y ahí decidió detenerse. Diego exclamó un apoyo hacía ella el cual sonó ajeno para ella, no logrando escuchar nada. -¡DE NUEVO!-- Dijo Reginald notablemente irritado. Eyleen cerró sus ojos, su pensamiento se concentro en su padre, una de las cosas que le ayudaban a motivarse para sus poderes era pensar en que ya no lo tenía cerca, le provocaban inmensas ganas de llorar, se reacomodo en su lugar, ignorando su entorno y comenzar a levantar el balde, llevandola a solo levantarlo menosn de 10 centímetros. -- Regrese a su lugar número ocho.-- indicó Reginald sin despegar su mirada de Eyleen.

Cazquibaja quisó regresar a su lugar, pero un brazo la detuvo y era el de número cinco. -- Ahora sabes porqué es tan importante seguir reglas y no hacer lo que quieras, ¿Verdad? te enseñan disciplina y a poder enfocarse en no ser inservible con los poderes.-- la chica lo miro por encima del hombro, soltandose de su agarre sin decir nada. Número uno notó la situación desde lejos, tomó a la chica por el hombro dedicandole una sonrisa. -¿Todo bien? - lo miró nostalgica. -No mucho, creo que este no es mi lugar.- El rubio se cruzo de brazos suspirando. -Es cuestión de práctica, nadie aquí lo sabía hacer, sin embargo sé que podrás. Disculpa si anoche fui prepotente pero algo que realemente molesta a papá son las faltas de respeto a las normas.-- Tomo el hombro ajeno. - Dice que si no eres capaz de seguir órdenes en casa, mucho menos en misiones. - Desvió su mirada hacía número cinco sonriendo de lado para despues bajar su cabeza y volver a mirar a la chica en una acto de enfásis. - ¿Todo bien con cinco?- Eyleen giró su cabeza hacía donde el mencionado se encontraba. -Si, no le caigo bien, es todo.- Luther rió. -Nadie aquí, no le des importancia. Ambos lo miraron, se encontraba praticando combate, realmente bueno. -Dejame decirte algo sobre cinco, no es fácil. Papá lo toma en cuenta un poco más que algunos otros, siempre trata de destacar y solo se enfoca en lo suyo, alguien debería bajarle los insumos sin embargo nadie pierde el tiempo en eso, honestamente no sé si es por temor o simplemente no es importante. - El rubio sugirió ir con Allison a praticar. Notablemente Eyleen se dió cuenta de algo, ambos estaban flechados por el otro.

A lo lejos Eyleen notó al Señor Reginald mirandola, hablando con Pogo. Momentos despues dieron por terminado el entrenamiento y dando la indicación de que todos teniamos una hora exacta para tomar el desayuno. Pogo dió pasos hacia la chcia, indicandole que su padre quería verla en su oficina. Ella temeroza se dispuso a ir. Abrió la puerta y Reginald comenzo a hablar. -Quiero saber porqué no pudiste hacer lo que te pedí.- La chica abrió los ojos con sorpresa mirandoló. -No lo sé.- esperando una respuesta que la ayudará, escucho todo lo contrario. -Tienes que mejorar, inmediatamente. Probablemente le pida a Pogo que te apoye, sin embargo queda en ti mejorar, no es asunto mío.—
Eyleen salió de la oficina, sin embargo no contaba con que al otro lado de la puerta había alguien esperándola pacientemente con el semblante más serio e intimidante con el que se podía topar en ese abochornado momento.














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ATT: Abi D


Editado

"Just me and you" (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora