No, ella no era perfecta ni si quiera su historia, sin embargo... a los ojos de Five Hagrevees esa chica no era más que su mundo, su salvación y su refugio.
¿Conoces el sentimiento cuando alguien llega y te pone el mundo de cabeza?
Una historia ll...
Abrí mis ojos, me encontraba en una habitación con poca luz y demasiado fría, traté de aclarar mi vista y enfoque a un... ¡¿MONO?! Se acercó a mí y yo me rehúse, ¿Qué estaba pasando? - Hola, señorita. - ahí estaba parado el señor Hagrevees, con esa presencia intimidante, con ese serio semblante y su oblicuo caracterizador. Reclamé, reclame una explicación, una respuesta al porque estaba siendo sometida a la fuerza, y sobre todo acerca de Mari, ¿QUE LE HABIAN HECHO?- ¿Por qué me quiere aquí?- lloré ya que me sentía indefensa, me sentía usada y comprada, era una niña con miedo, una pequeña la cuál tenía coraje pero por dentro se sentía llena de miedo al estar en una habitación solitaria que le causaba una electricidad en su cuerpo inexplicable. - A partir de ahora usted sera parte de esta academia y jamás podrá protestar acerca de ello, ¿Entendio? y usted esta aquí porqué sin duda conocí a su padre, y creo que le interesara saber que fue lo que le paso, ¿Verdad? así que usted se quedara aqui a obedecer mis ordenes y sobre todo a no decir nada acerca de su reclutamiento si realmente quiere saber acerca de su padre, ¿Esta claro?- Acepte ya que queria saber que le había pasado al único motor principal en mi vida, siendo una niña sin conocimiento acepte, me deje manipular pensando en que algún día tendría respuestas sobre mis dudas, me deje manipular, el señor me dijo que fuera con Pogo y que iríamos a la dichosa academia, sub al auto y unos minutos después el se;or Reginald subió conmigo. Comenzamos camino hacia la dichosa Academia Umbrella, en el camino solo eran simples árboles, me sentía con miedo, era la segunda vez que me separaban de mis seres queridos, cuando por fin había encontrado un refugio, me lo volvieron a arrebatar... Llegamos a la ciudad ahí supe que ya faltaba poco para llegar, el auto se paro justo enfrente. Jure que odiaria ese lugar cada día de mi estancia ahí, jure que haría lo que fuera por escapar cuando fuese posible.
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Baje del auto y me adentre a lo que sería mi infierno, un lugar anticuado, un lugar enorme en el que sé que apesar de esos grandes espacios me sentiria asfixiada y sin salida. Una mujer hermosa se posó frente a mi de repente, tenía una sonrisa cálida y bella, era rubia y traia en sus manos lo que parecía ser un uniforme. -Ten cariño, usaras esto a partir de hoy. ¿Tienes nombre?- Antes de que yo pudiese responder el señor Reginald dió un aviso lo suficientemente fuerte para que se escuchara en cada habitación de la Academia. Me sorprendió la rápidez con la que 7 niños bajaron, todos parecian de la misma edad aunque la estatura de algunos era mas prominente que de otros, la chica que había visto el otro día también estaba entre esos niños.
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Me encontraba realizando las tareas que nuestro padre había encargado, jamás me ha gustado posponer absolutamente nada, sobre todo cuando en esta academia no hay mucho tiempo para pensar en algo que no sea entrenamientos, tareas o misiones. Este lugar es solitaria, nadie habla con nadie casi nunca a excepcion de misiones, me siento solo ya que con las únicas personas con las que habló son Vanya y Ben. Escuche el carro de papá llegar, no le di suficiente importancia a eso hasta que escuché que nos llamaba. Deje del lado mis libros para bajar inmediatamente con papá, sin embargo en el camino me crucé con Vanya.
-¿Porqué papá nos llama?
-No lo sé, probablemente una nueva mision
-¡MUEVANSE PAPA NOS HABLA!
El imbécil de Luther como siempre dandonos órdenes, es el número 1 por lo tanto y según papá debemos obedecerlo en cualquier circunstancia. Bajamos rápidamente y había una extraña chica, mi padre jamás recibe extraños aquí, no tiene tiempo para hacerlo. La cara de confusion estaba puesta en todos, más en mi por supuesto, una chica la cual seguro no tenía nada de especial, odiaba cuando papá fingía caridad. - Niños, ella es número 8 y a partir de ahora sera una nueva integrante así que exigo que la traten con respeto, bienvenida número 8.- Todos exclamamos al unísono -¡QUE!- ¿Una nueva integrante? eso es imposible e incluso inaseptable incluso hasta para papá. Dejar entrar a nuestro hogar a una completa desconocida inservible, patético. Luther cuestiono a papá acerca de su decision. -Eso no es de su incumbencia número uno, ahora presentate con tus hermanos número ocho y después ustedes lo harán con ella, ¿entendido? - la miro y le dió la palabra.
La pobre niña se quedó callada, al parecer la rara era muda y tampoco se ha percatado del todo que ella es número ocho, además también era lenta ¡Vaya sorpresa!
Diego habló para recordarle que ella era número ocho, ese imbecil con su tono tartamudeante seguro la confundió más.
-Bueno, mi nombre es Eileen y espero poder ser buena compañia para todos ustedes, un gusto.
Debo admitir que esto a mi no me agradaba nada, papá ocultaba algo sobre ella y sin duda era algo que nos ponía en peligro. Durante 13 años papá jamás comento de tener planes de agregar a alguien más, erámos los necesarios para las misiones, aunque realmente... ¿Que nos podía contar nuestro padre? jamás nos prestaba atención. Nos ordenó que nos presentaramos con la nueva. Luther por supuesto recalcando que era el número uno, hablando de su gran fuerza, patético. Diego, embobado cómo si no hubiese visto a una chica antes, ni si quiera porqué fuese hermosa, simplemente por ser una chica, tartamudeando y hablando de sus cuchillitos. Allison, un tanto intigrada por la nueva chica contó acerca de su habilidad. El idiota de Klaus, tratando de sobresalir con su humor tan molesto, se le ocurrió decir que era Lady Gaga, que estupidez. Yo me presente sin más, mi número y mi poder, le pregunté si tenía alguna duda.
--- Si, tu-
-¿No? bueno.
La interrumpí ya que la nueva no tendría porqué saber más de mi.
Ben también se presentó, sencillo y amable, cómo era costumbre y Vanya... Antes de si quiera hablar una voz la interrumpió. -A nadie le importa saber quien eres Vanya- dijo Allison. La chica volteó a ver a Vanya -Supongo tú eres número siete, ¿no es así?
Vanya respondió y mi papá indemiatamente le pidió que se retirara, que su presencia no era relevante allí.
☂︎︎
¿Qué podía decir? todos se presentaron muy amablemente excepto número 5, espero poder llevarme bien con él y con todos aquí, realmente no tengo opción ya que estare aquí al menos durante encuentre la forma de escaparme. El señor Reginald le pidió a número cinco llevarme a mi habitación y él un poco malumorado accedió. Cuando entré me di cuenta que toda la casa es así de anticuada, sin embargo no insultaría el lugar donde vivían, para romper el hielo se me ocurrió decir algo.
-La habitación es muy linda
- Disculpa, no recuerdo haberte preguntado - Sarcasticamente me sonrio, se dió la vuelta y se teletransporto. Aproveche que se había ido para organizar algúnas cosas de por ahí, extrañamente en mi cuarto había una maleta, la abrí y era ese aburrido uniforme, cómo un repuesto y una anticuada pijama además de lo que parecía ser un horario, 6 AM entrenamientos hasta las 8 AM, demasiado confuso. Comencé a ver posibles lugares por donde escapar, sin embargo mi cuarto quedaba bastante alto del piso y ni si quiera daba hacía la calle.
Alguien interrumpió mis pensamientos tocando la puerta.
