No, ella no era perfecta ni si quiera su historia, sin embargo... a los ojos de Five Hagrevees esa chica no era más que su mundo, su salvación y su refugio.
¿Conoces el sentimiento cuando alguien llega y te pone el mundo de cabeza?
Una historia ll...
Eyleen, Cinco y Klaus se encontraban en la sala de la academia por órdenes de papá ya que les había pedido un resumen de un libro. Para Reginald lo más importante por encima de todo era el estudio, sin embargo quería poner a prueba a cada uno de los integrantes de la academia y su comprensión lectora, entre otras habilidades. Cinco estaba sentado solo, Klaus y Eyleen estaban sentados frente a él en otro sillón, obviamente era imposible concentrarse con Klaus a un lado. Eyleen y Klaus se miraban divertidos uno al otro al ver lo concentrado que estaba número cinco, además de que no dejaban de murmurar entre ellos. Cinco apretó su mandíbula molesto. — ¿Pueden cerrar la boca los dos? no me dejan concentrarme. Eyleen y Klaus no dijieron nada, solo se quedaron callados. Sim embargo Klaus no pudo evitar reír, haciendo que Eyleen se contagiara de aquella risa de Klaus. Número cinco los miro a ambos molesto. — Hermanito, tranquilo. Es más, para que te sientas más tranquilo, te voy a preparar ese sándwich raro que te gusta. - dijo Klaus con esa notable alegria. — No se vayan a matar entre los dos. - Klaus se levantó del sillón para dirigirse a la cocina, dejando solos a Eyleen y a número cinco.
—Que amargado. Cinco miro a Eyleen. — ¿Te importa? a diferencia de ti, yo si estoy interesado en aprender. Pero claro, cuando se trata de una impostora como tú, lo de menos es eso. Pronto averiguaré que es lo que tramas y sobre todo qué carajos haces aquí. Eyleen no dijo nada, pero tenía la mala costumbre de reírse en situaciones serias o incómodas, incluso parecía como si aquellos pensamientos graciosos le llegaran a propósito. Recordó a Klaus en ese instante y soltó una risa. Esto no le cayó nada bien a Cinco, el cual pensó que se trataba de burlar de él. — Imbécil. - cinco escaneo toda la sala para usar algo y para la mala a suerte de Eyleen, estaba un florero justamente en la mesa de centro. Cinco sin controlar aquel impulso, rápidamente lo aventó directamente hacia Eyleen, haciendo que esta rápidamente lo lograra ver y teletransportarse, de milagro. — ¡¿QUE TE PASA ESQUIZOFRÉNICO?! dijo Eyleen sorprendida y molesta. — Te dije que te callarás, ¿tratas de burlarte de mi? — Me pudiste haber matado cinco.
Antes de que cinco afirmara aquello, Klaus llego y vio aquel desastre de agua, flores y vidrio roto.
— Les dije que no se matarán. – Como era de esperarse Reginald apareció en la habitación, exigiendo una explicación inmediata.
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Me resultaba tedioso tener que compartir habitación con Eyleen y con Diego. Una de las cosas que más me molestan es tener que ser poco independiente, me gusta hacerlo todo solo, sin ayuda, siempre fue así y siempre será así. Estábamos viendo como nos acomodaríamos ya que en el sótano no había nada a simple vista que nos ayudara a acomodarnos, solo muchas sábanas y dos que afortunadamente mamá nos había dado. — Tenemos que ver cómo nos vamos a do-ormir. — Ahora el tartamudo regreso, fantástico. — No lo sé, arréglenlo ustedes, ustedes iniciaron este problema. - dije con total falta de interés.- —Los pensaremos entre todos.— dijo Eyleen impaciente, dando un énfasis en aquel "entre todos" —Bien, entonces... organiza tú. - dijo dandole una sonrisa sarcástica. Si va a organizar pues entonces que de paso haga todo lo demás.
