Mundos distintos (PorcoGalliardxLectora)

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 El mes se pasa volando y había sido lo suficiente para tener mi escapada lista. Muy pocas personas estaban al tanto del plan por seguridad del mismo. 

Al ser marleyanas, Ana y Karina irían en la zona de primera clase del barco por lo que tuvimos que encontrar a alguien que me ayudará a entrar a segunda clase como una eldiana. Kirya había conseguido papeles de eldiana y un expediente laboral en la base como primera ayudante de Ana en Enfermería, eso me permitió viajar en segunda clase con los guerreros y algunos eldianos importantes más. 

Los Valyr, Katrina, Fine y mi hermano iban en primera clase, lo cuál simplificaba mi infiltración. Con Astrid, una marleyana, en primera clase y Pieck en segunda, tenía el plan cubierto. Me hubiera gustado decirle a Galliard pero quería darle una sorpresa, no se puso del todo feliz cuando le dije que no podía ir. 

El mes se había pasado rápido, estaba en camino a mi primer viaje fuera de Marley. Y solo faltaba un mes para que los guerreros se fueran a la guerra sin una fecha de regreso fija. 

Vuelvo a la realidad al escuchar las tijeras, levanto la vista al espejo pero Pieck me tapa los ojos antes de que pueda mirar. Me hace ponerme de pie y me lleva al lavadero, para lavarme el cabello. 

Me relajo al sentir el masaje en mi cabeza, mi paz se ve interrumpida por Astrid, quien cada cinco minutos entra al baño para preguntarme si llevo todo. Se queda tranquila cuando vuelve a revisar la lista que ya había llenado. 

Se detiene en la puerta del baño, Pieck me dice que ha acabado y tomo la toalla para secarme el cabello mientras ella recoge sus cosas. Supe que cortaba cabello una vez que Galliard me dijo que no le confiaría su cabello a nadie más que a Pieck. 

Me quito la toalla y comienzo a desenredarme el cabello. Más de una vez se me va el cepillo de más por la costumbre de bajarlo hasta mi cintura, que el cabello me llegue a los hombros hace el proceso más rápido y menos enmarañado. 

Quito la humedad con la toalla y veo a Astrid sonreírme a través del espejo. 

-Siempre quisiste cortar tu cabello - sonrío -. Me recuerdas tu madre. 

-No me hagas llorar. 

-Lo siento. 

Trago saliva y me miro al espejo, sí me parecía a mi madre. Era el cumplido más lindo que podían hacerme. 

Pieck me coloca el sombrero en la cabeza mientras caminamos por el puerto, la banda azul en mi brazo izquierdo indica que soy parte del equipo médico. Entrego los papeles a la persona en la entrada al puente al nivel de segunda clase. Me mira y luego a mi foto. 

-Te ves diferente - dice. 

-Me corté el cabello - digo con obviedad. 

-¿Por qué? 

-Porque estaba más largo. 

El hombre gruñe en desaprobación y me tiene mis papales falsos, sonrío. Jalo los papeles pero no los suelta, cierro los ojos sabiendo lo que se viene. 

-Me gustan más las mujeres con el cabello corto - dice en voz baja. 

-En ese caso, que bueno que lo corté - suelta mis papeles -. Ten buen día. 

Empiezo a caminar por el puente y espero a Pieck, cuando me alcanza caminamos juntas al barco. Debajo de nosotras, el mar se estrella contra las rocas, la brisa moja mis botas ligeramente. Llegamos al barco y seguimos a las pocas personas que van a segunda clase, los de tercera se dirigen a la izquierda. 

Sobre nosotros se escuchan las risas y golpes de copas tan familiares en la primera clase. Sonrío. 

Dejo que Pieck tome la delantera y nos lleve a nuestro camarote compartido. Abre la puerta, es lo suficientemente grande para ambas. Dejamos las maletas en las camas y nos empezamos a quitar la ropa pesada.