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Me remuevo en donde estoy y me tallo los ojos, la luz del día entra por el ventanal, me paso una mano por el cabello y miro a mi derecha. Galliard está durmiendo a mi lado, cuando dejamos la regaderas caminaba más que bien.

Levanto mi mano y acaricio la punta de su nariz con mis dedos, frunce el ceño y sigo molestándolo, Galliard aleja su cabeza de mi mano pero estiro mi brazo. Gruñe adormilado y su mano atrapa mi muñeca, abre los ojos molesto, suspira al ver que soy yo. Galliard suelta mi mano y se acerca a mí hasta acostarse en mí pecho, me río y me giro a mi derecha, subo mi pierna izquierda a su cadera.

Siento sus labios besar mis clavículas, su mano derecha se mete por debajo de mi blusa y extiende la palma sobre mi espalda desnuda.

-Astrid se casa en una semana y media - digo.

-¿Vendrá Frey? - su voz es amortiguada por mí.

-Esperan que lo haga, así podrán atraparlo - empiezo a acariciar su cabello -. Tenemos que irnos antes de que llegue Karina y nos vea bajar de aquí.

-Y/N son como las ocho de la mañana - se queja -. Duerme un poco.

-No puedo - se queja y saca su cara de mi cuello -. ¿Puedo preguntarte algo?

-¿Mhm?

-Lo que hiciste ayer, con tu lengua...

-Debes ser más especifica.

-En esa parte...

-¿Qué parte? - sonríe con descaro.

Chisto la lengua y trato de alejarlo de mí pero me atrapa con sus brazos, empieza a reírse mientras hago lo posible para zafarme pero él es más fuerte. Galliard me rodea con sus brazos e impulsa su cuerpo, termina sobre mí. Me mira directo a los ojos.

-¿No te gustó lo que hice ayer?

-¡No! Quiero decir... me gustó - es imposible tratar de ocultar el rubor en cara cuando está a dos centímetros de mí -. Es sobre eso, me gustó y... y querías saber si tú...

-¿Quieres que lo haga de nuevo? - asiento.

Galliard sonríe y me besa los labios, baja con una sonrisa en su rostro, como si estuviera a punto de comer el ramen que tanto le gusta. Siento sus manos en el elástico en mi ropa interior y comprendo lo que está pasando, levanto las piernas de golpe y quito la sabana de encima.

-¡Pero no ahora! - digo entre risas -. En verdad me tengo que ir.

Galliard hace un puchero pero no insiste, me besa la ingle y vuelve a subir a mi altura.

-¿Te espera tu hermano?

-Muy probablemente - suspiro, Galliard apoya su barbilla en mi pecho -. No puede enterarse de esto, por el bien de ambos.

-¿Sigue estando loco?

-Ahora más que nunca - le acaricio la mejilla -. Antes hacía lo que quería porque Katrina lo dejaba, desde lo de Fine, mi cuñada no le da su firma así nada más.

Galliard suspira y se acerca a mí, vuelve a besarme, sus labios demandan por los míos. Cuando se separa besa mi mejilla derecha.

Entonces se separa, ambos nos ponemos de pie para empezar nuestro día.


Cierro la puerta cuando llego a casa y me voy directo a mi habitación, el sonido del piano viaja por la casa. Por la melodía, sé que es Isa quien lo está tocando, los gritos de los gemelos y Mathis se hacen más claros mientras subo las escaleras.

En lugar de ir a mi habitación, cruzo el pasillo en dirección a la terraza. Me asomo por la ventana de cristal y veo a mis sobrinos jugar a las atrapadas mientras su madre teje un suéter con lana verde. Golpeo el cristal con mis nudillos y Katrina voltea, sacudo mi mano y me sonríe.

Mundos distintos  (PorcoGalliardxLectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora