Parte 21 Que da igual el cómo el cuándo y el dónde, que solo haces falta tu

4.2K 108 50
                                    


Dos semanas, eso era lo que faltaba para cumplir su primer aniversario con la rubia. Un puto año entero con ella y se le había pasado en un suspiro, un parpadeo cargado de todo lo bueno, si echaba la vista atrás no veía más allá de aquel año, porque le era imposible acordarse de cuando había sido la última vez que no se sintió estúpidamente enamorada y correspondida por ella, es que todo lo que la hizo sufrir un día se había esfumado sin más dando paso a algo maravillosamente perfecto. ¿Discutían? Obviamente, lo hacían desde que se conocían, sobre todo porque a su novia a veces aún le costaba aceptar que ella tenía razón, una manía muy molesta que se empeñaba en mantener, pero nunca les habían durado mucho y ahora las reconciliaciones eran muchísimo mejores, tan buenas que alguna vez pensó en enfadarse con ella apropósito, después se acordaba que provocándola un poco obtenía el mismo efecto y se ahorraba el esfuerzo. Iba a llevarla a Toronto, llevaba planeando el viaje unas cuantas semanas, había elegido ese destino porque quería volver a ir con ella a la casa Loma, y si se tenía que perder en aquel castillo otra vez, se perdería con ella, era lo que llevaba haciendo durante los últimos once meses y medio, perdiéndose en ella. Quería convertir aquel recuerdo adolescente en la mejor realidad, cambiando el guión a lo que pudo haber sido y tenían ahora. Empezó con aquello la rubia el día que la llevó al instituto y lo habían convertido en la tradición más increíble del mundo. Le pareció romántico visitar las cataratas del Niagara y había reservado habitación en el Four Seasons. Quería un fin de semana perfecto, solo para ellas dos.

Tuvo que avisar a Clarke para que no organizara nada aquel fin de semana, la conocía y tenía que adelantarse, evidentemente no le dio detalles, pero consiguió que le prometiera que se estaría quieta y la dejaría a ella.

Mes y medio desde la boda del siglo, nunca había visto a su novia llorar tanto, sobre todo tras la barra libre. "Es que mírala Lexa, está preciosa, y que feliz parece" Lo decía cada vez que veía pasar a su amiga y la perseguía para darle un abrazo, y después era ella la más sensible de las dos, aunque también dijera cosas como "Es ajena a que acaba de cagarla y joderse la vida, mírala cómo sonríe" Que cruz. Le tocó hablar en el banquete, Raven se lo pidió y a ella tampoco podía decirle que no.

Cuándo terminaron el postre, ella estaba tan tranquila, escuchando una tontería que dijo la hermana de Raven. Todo cambió cuando empezó a sonar música y las novias se levantaron con un ramo cada una en la mano, ahí se tensó entera, no estaba preparada para según que cosas en aquel preciso momento. Luna se lo dio a una tal Amy amiga suya, al parecer se casaba en Septiembre. La latina comenzó a caminar hacia su mesa, bailando y sonriendo a su amiga, ella miró a su novia, que fijaba la vista en Raven con otra sonrisa en la cara, no parecía nerviosa ¿Qué significaba eso? La castaña dio una vuelta a la mesa y después le estampó el ramo a Clarke en medio del pecho ¿Pero qué le pasaba a la gente? ¿Por qué aplaudía? Clarke la miró a ella por un segundo y se encogió de hombro "¡Por Dios Clarke, ¿Qué se te está pasando por la cabeza?! Según su novia aquello no significaba nada, le había sacado el tema un par de veces más desde la despedida de soltera, decía que Raven se lo daba porque era como una hermana para ella y era una forma de demostrarle cuánto la quería, que Luna se enteró y sacó conclusiones equivocadas, que ellas dos estaba muy bien cómo estaban en esos momentos. Unos días antes de la boda, les dijo a sus amigas delante de ella "Lex se ha pensado que le voy a pedir matrimonio en tu boda, por lo del puto ramo" Lo dijo en tono divertido y le dio la impresión de que las demás se estaban riendo de ella por haberlo pensado.

A Raven le gustaba joderla y después de agradar a la rubia, se acercó a ella y le dijo "De una boda siempre sale otra boda" Y la dejó con la respiración a medio hacer, alejándose de allí a base de seguir el ritmo de la música. Su novia debió de notarle algo "No seas inocente Lexa, solo quiere molestarte" Y puede que si o puede que no, pero ahí estaba ella con la boca seca y el corazón a mil y su novia con un ramo de flores entre las manos. Cuanto menos, tenía el derecho de ponerse un poco nerviosa.

SoulmatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora