El Regreso De La Hija Prodiga.

11 2 0
                                    

Año 4999 del Imperio Primordial. Saiph, Aldea en el Borde Exterior del Reino Crossline.

Saiph es una aldea algo chica, pero muy llena de actividad. Al ser una aldea fronteriza que servía de parada para los viajeros, podías ver miembros de distintos clanes, ya sean humanos o Elfves, ya que esta conectaba el reino Crossline con el Reinhardt. Estaba en una importante ruta de comercio y además cerca de esta habían unas antiguas ruinas que se dicen conectan con una enorme red de catacumbas que datan de antes de la guerra del genesis.

Esto la convertían en un sitio bastante concurrido y pintoresco. Esta no era remodelada a petición de sus habitantes, que prefieren mantenerla con su tradicional encanto. Los rústicos pero acogedores edificios de madera y piedra le daban un ambiente bastante agradable. Y en este momento una pareja bastante conocida se encontraba recorriendo su mercado.

-¡Vengan, Acérquense, vengan a ver estas hermosas joyas encontradas en las ruinas del norte, son muy valiosas y hermosas sin igual, acérquense y compren una para su persona amada!.- Pregonaba un entusiasta comerciante que tenia una mesa llena de relucientes joyas, desde preciosas amatistas, hasta relucientes zafiros.

-¡Wooow, que preciosas joyas!. Decía una dama que se acercaba al puesto con un especial brillo de fascinación en su mirada.

-A que si señorita? Todas fueron extraídas de las catacumbas del norte, su valor no tiene igual, esta interesada en alguna acaso?.

Mientras la chica veía todas las joyas frente a ella con un entusiasmo infantil, un joven se paro junto a ella y tomo un rubí de de la mesa para verlo mas de cerca.

-A que son muy bellas, no? Arukon-Kun?.- dijo la bella chica de ojos color zafiro y cabello largo color miel.

-Ah, así que viene acompañada no señorita? Veo que tiene un muy buen ojo caballero, esta interesado en comprar algún obsequio para su bella dama? Por una señorita tan hermosa estoy dispuesto a darle un precio muy especial, Si Señor!!.- le dijo el comerciante al joven pelirrojo que se paro junto a la señorita.

Aun con el rubí en sus manos, y dándole un vistazo con sus ojos color vino, Arukon se dirijo cortésmente hacia el comerciante diciendo.

-En realidad no estoy muy interesado en comprar nada, pero ya que mi maestra demostró tanto interés en este puesto me pareció buena idea darle un vistazo.

Al oír las palabras de el chico, el comerciante se decidió a sacar todas sus armas de negociación posibles.

-Ese rubí que tiene entre sus dedos es uno muy especial, Si Señor!! Se dice que fue encontrado en un altar de las catacumbas, y que trae la prosperidad a su dueño, se lo puedo dejar a un precio muy razonable señor, ¿Que le parecen 20.000 Roams?.

(Nota: los Roams son la moneda oficial de los nueve reinos)

-La prosperidad? Jamás había oído que en un reino humano hubiese una reliquia como esa. Y es sin duda muy hermoso, cierto Arukon-kun?.- dijo Tabitha, totalmente fascinada con el misterioso rubí que Arukon tenia entre sus manos.

Arukon por su parte, solo cerro su puño sobre el rubí sin ejercer mucha fuerza y este sin previo aviso solo se quebró en mil pedazos.

-¡¿Pero que?!.- exclamó el comerciante, molesto por que destruyeron su "preciosa" mercancía.

-Arukon-kun, porque hiciste eso?..- dijo Tabitha,muy sorprendida de lo que su educado discípulo acababa de hacer.

Arukon por su parte solo dejo caer los trozos del rubí en la mesa, se sacudió las manos, y miro al comerciante con expresión seria.

Seven SongsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora