Encuentros. [Inicio del Arco del Gran Torneo]

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Año 5000 del Imperio Primordial. Midgardia, Ciudad Central de los 7 Reinos.

La gran Midgardia, cuando me refiero a ella como cuidad central de los siete reinos, lo hago de la manera mas literal posible, era por mucho la ciudad mas grande de todos los reinos, y esta se encontraba situada de modo que sus fronteras conectaban con todos los reinos, las tres razas la habitaban por igual, y todos los clanes, grandes y pequeños convivían juntos por sus enormes calles e intrincados callejones, y en este momento, en uno de sus sectores mas concurridos se encontraba una persona que llamaba mucho la atención de todos sin quererlo, no por su apariencia, ya que a simple vista se veía como otro aventureros cualquiera, vestido con una simple armadura ligera hecha de capas de cuero de búfalo.

La gente no veía sus inusuales ojos, verde el izquierdo y azul el derecho, ni su cabello largo, desordenado, de una extraña mezcla de rojo y negro, sin duda era una persona llamativa. Pero lo que de verdad llamaba la atención de todos hacia el, era que parecía estar hablando consigo mismo como un verdadero demente.

-¡Wooow Hermanos, esta ciudad es mas enorme de lo que jamás imagine!.- Decía el extraño con la emoción de un niño pequeño.

-¡No puedo esperar para que comience este torneo, de seguro habrán un montón de personas muy fuertes!.- Volvió a decir con un tono ya no tan infantil, pero que seguía cargado de entusiasmo.

-Xeno, Kuchell, ya podrían dejar de hacernos hablar en voz alta, todos nos están mirando raro.- dijo una vez mas, ahora con una voz suave y algo mas madura que las anteriores.

Este personaje era sin dudas Skux Elysium, el cual recorría la cuidad mientras que sus tres personalidades, que eran demasiado distintas entre si como para que se hicieran una, hablaban tranquilamente entre ellos.

-Hermana deja ya de preocuparte tanto, y solo admira la vista, ¡esta es la cuidad mas impresionante que hemos visitado hasta ahora!.- dijo Kuchell, tratando de hacer que su hermana no fuese tan cuadrada.

-¡¡Mira eso hermana!!.- Grito de repente Xeno, mientras apuntaba hacia el cielo.

Volando a gran velocidad, un grupo de Aesirs paso sobre ellos, y al verlas Syrah, la madura hermana mayor, soltó un agudo grito de emoción infantil, si, Syrah si que adoraba a las Aesirs.

-Hermana, ahora si que la gente nos esta viendo raro.- dijo Kuchell, llevándose una mano al rostro.

Skux dio un vistazo a su alrededor para encontrarse con las miradas que los cientos de transeúntes les dedicaban, y salio corriendo hacia uno de los callejones cercanos con un enorme sonrojo de vergüenza.

Ya habían pasado varios meses desde que los tres hermanos Syrah, Kuchell y Xeno, se habían fusionado en un solo ser, pero aun no se acostumbraban completamente a compartir un mismo cuerpo.

-¡Maldita sea Xeno, ya vez lo que me hiciste hacer!, todos nos veían como un loco de atar.- dijo Syrah muy avergonzada por su gritito de fangirl de hace rato.

-¡Oye hermana, no me culpes a mi!, tu fuiste la que nos hizo gritar de esa manera tan vergonzosa.

-Bueno bueno ya, no peleen, si recuerdan lo que paso la última vez que nos peleamos entre nosotros cierto?.- Dijo Kuchell con tono acusador.

Este se refería a la vez que el y Xeno se habían peleado por una pequeña diferencia de opiniones, y que ocasionó que que hicieran un enorme escándalo haciendo que su cuerpo se desestabilizara y que no pudieran moverse por un día entero. La fusión que compartían era un tanto inestable, y si no aprendían a llevarse bien entonces la pagarían caro.

-Bien hermano tienes razón, lo siento, fue mi culpa, es solos que ver a esas hermosas Aesir volar libremente por el cielo me lleno tanto de emoción.- dijo Syrah, con una sonrisa soñadora.

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