Crossline.

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Narracion

-!Fulgor de la Aurora!.

Al recitar este canto, un poderoso resplandor emano del cuerpo de aquel caballero que, como todos los días, entrenaba a su hijo hasta el cansancio.

-Lo vez, Cerkium?, el brillo del titanio antaño fue una poderosa arma letal contra los abismales, pero hoy en día su luz solo es usada para batallas estratégicas, como distraer y herir los ojos del rival en batalla.- decía el mientras su hijo escuchaba la lección fascinado.

-Padre, porque los caballeros de titanio no suelen ser caballeros ofensivos?.

-Porque el titanio otorga Magias de luz y sonido, y es difícil usar estas Magias para herir de gravedad a un rival, es cierto que con suficiente potencia podrías dejar daño permanente en sus ojos y oídos, pero eso difícilmente sacara de la batalla a la mayoría de los rivales, por eso los usuarios de titanio no suelen luchar en vanguardia, bueno hasta aquí llego la lección, volvamos antes de que tu madre se preocupe.- dijo el, indicándole a su hijo que volverían mañana.

Cerkium POV.

Otro día de entrenamiento termino, ya solo falta un mes para que cumpla 17 y termine mi entrenamiento y así por fin heredar la armadura de mi padre.

Mi nombre es Cerkium, y soy el hijo primogénito de August Crossline, caballero de titanio al servicio del la familia real. A pesar de que pertenecemos al clan principal del reino, somos una familia de clase media, no todos nacen para ser nobles aunque porten el apellido de los héroes del génesis, incluso entre los clanes reales hay pobreza.

Aunque no puedo decir que vivamos mal, mi padre mantiene a nuestra familia con las recompensas del gremio por cazar monstruos y otros trabajos con los que se asegura de ganar el sustento de todos. Vivimos en una humilde aldea a las afueras de Katár, capital del reino Crossline, mi madre, mis dos hermanas pequeñas y yo ayudamos a todo el que lo necesite, ya que es un pueblo pequeño, todos nos conocemos y estimamos. Pero llego el día en que toda la felicidad de los habitante de mi aldea fue arrebatada de  forma sangrienta.

Mi madre y yo nos encontrábamos en la cocina preparando el almuerzo para que papá comiera antes de irse a una misión y mis hermanas, Mera y Rea, gemelas de 10 años, estaban en su habitación jugando como siempre lo hacían. Cuando de repente, un poderoso estruendo resonó del otro lado de la aldea, quisimos ir a revisar, pero de pronto se oyeron mas y mas explosiones cada vez mas cerca hasta que la pared de la casa voló en pedazos dejándolos aturdidos en el suelo. Todo comenzó a prenderse fuego entonces entre en razón, las chicas seguían arriba y el fuego se extendía muy rápidamente.

-¡Cerkium, ve a salvar a tus hermanas, yo me encargo de lo que sea que haya hecho esto!.- me grito mi padre a lo que yo obedecí sin rechistar.

Corrí escaleras arriba y tire la puerta del cuarto de Mera y Rea y ahí estaban, abrazadas la una a la otra temblando de miedo. Ambas tenían el cabello negro igual a mio, solo que Rea lo tiene por la cintura y Mera por los hombros, esta es la única manera de diferenciarlas físicamente ya que eran completamente idénticas, ojos color celeste y tez blanquecina que las hacia ver como delicadas muñecas de porcelana.

-¡Hermano, ayúdanos!.- dijeron al unísono lo cual en otras circunstancias hubiera sido muy gracioso.

-¿Están bien, no les paso nada?.

-No, pero tengo miedo hermano.- dijo Rea, la mas tímida de las dos.

-¡Donde esta papá, que esta pasando?.- pregunto Mera, mientras trataba de calmar a su hermana.

-Esta bien, ahora vengan conmigo.

Las tome y corrimos, el pasillo ya estaba envuelto en llamas y el humo no dejaba respirar libremente, las cargue en mi espalda y me prepare para hacer una locura.

Seven SongsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora