El Entrenamiento Infernal y la Prueba Final.

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Arukon POV.

Y así, Tabitha derroto a mi padre y este concedió dejarle mi entrenamiento. Ambos tardaron 1 semana en recuperarse de su batalla, tanto sanando sus heridas, como recuperando sus energías, esta última mas que todo de parte de Tabitha ya que la cantidad de energía espiritual que había usado en batalla era tan grande que no teníamos idea de como no había dormido durante un año para recuperarse, las reservas espirituales de las Aesirs son simplemente impresionantes.

10 días después de la batalla Tabitha y yo ya estábamos listos para partir, me dijo que viajaríamos a donde ella había sido entrenada para maximizar los resultados. Ya era hora de despedirme de mis padres por un periodo de tiempo indefinido.

-Recuerda hijo, estas a cargo de Tabitha, y ella estará escribiendonos constantemente, así que si haces una estupidez me enteraré.- dijo mi madre con aura cálida y amenazante al mismo tiempo, muchas veces me costaba creer que mi madre pudiera inspirar tanto miedo.

-Escucha a tu maestra a partir de ahora Arukon, creeme cuando te digo que no quieres sentir sus relámpagos, duelen como el infierno.- dijo mi padre, que aun se le notaban algunas quemaduras en brazos y rostro.

Mire a Tabitha la cual le sonreía de manera amable a mi padre y luego se dirigió hacia mi.

-Tranquilo Arukon-kun, con tu padre use toda mi potencia, contigo solo usaría la mitad.- dijo para luego reírse pícaramente con la misma sonrisa en su rostro, eso solo me aterraba en vez de tranquilizarme.

-Tabitha, por favor cuida de nuestro hijo, les deseamos toda la suerte del mundo.- volvió a hablar mi madre con rostro de melancolía.

-Si Skydrent, y no seas suave con el, es un cabeza dura al que le cuestas seguir ordenes.- mi padre se dirigió a ella y estrecho su mano de caballero a valquiria.

-Pueden estar tranquilos, estará bien, lo convertiré en un gran guerrero del que estarán orgullosos.

-Madre, padre, los extrañare, juro que me convertiré en un heredero digno del Rubí Xfail.- les dije con una sonrisa decidida.

-Eso espero Arukon, no me decepciones.- Fijo una voz que ni era la de mis padres pero que reconocía a la perfección.

Un hombre alto, de cabello carmesí hasta los hombros, piel pálida y ojos de color amarillo claro estaba parado detrás de mis padres y me dedicaba una sonrisa amable y cálida.

-Zaknous-Sama, que hace aquí?.- dije con clara señal de asombro.

-Bueno bueno, regrese ayer de la reunión de la primera orden primordial y no paro de escuchar por doquier la noticia de que Kion fue derrotado por nada mas y nada menos que la sacerdotisa del relámpago, y quería venir a despedir a mi heredero favorito, estoy seguro de que si te entrena te convertirás en un mejor portador del rubí que yo Arukon.- dijo, para luego volverse a ver a Tabitha.

Esta de inmediato extendió sus alas a los lados e hizo su habitual reverencia en muestra de respeto a Zaknous-sama.

-Es un honor para mi es un honor encontrarme frente a usted Zaknous-sama, portador del rubí, y líder de su clan y su reino.

-Las formalidades están de mas Tabitha-San, aquí estamos en calidad de compañeros, desde que Arukon era pequeño siempre ví algo algo especial en el, y si llamo la atención de una Aesir de antaño creo que entonces mi intuición no estaba equivocada. Vine a desearte suerte Arukon, da todo de ti como lo hiciste hasta ahora y alcanzarás todo lo que te propongas.

-Si Zaknous-Sama, le prometo que no lo decepcionaré.- dije con aun mas emoción que antes.

-Bien Arukon, es hora de partir, fue un honor conocerlos a todos.- dijo Tabitha colocandose detrás de mi y tomándome en sus brazos lista para despegar.

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