El Espejo de Platino.

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-No eres mas que un error que jamás debió existir.

Arukon estaba totalmente confundido y anonadado. La mujer que estaba frente a el no solo emanaba un aura que se le hacia extrañamente familiar, sino que además lo atravesaba con una mirada de odio puro y sin medidas. No tenia idea de quien era ni de donde había salido, pero había acabado con el Baketsugo de manera aterradoramente rápida, así que no era cualquier persona.

Este se levanto lentamente debido al cansancio de la batalla y trato de presentarse.

-Muchas gracias por ayudarme señorita, mi nombre....

-Eres Arukon Xfail, hijo de Kion el león de Altea, se perfectamente quien eres, no gastes saliva.- interrumpió Kyurie con voz cortante mientras soltaba la cabeza de la bestia y recogía su enorme y resplandeciente escudo.

Arukon dio otro vistazo a la mujer, no dejaba de pensar en que su aura se le hacia familiar, era cierto que nunca antes la había visto, pero algo en ella llamaba su atención. Al verla mas de cerca vio que en su cabeza llevaba una bella flor como pasador, Una margarita.

-Pues veo que estas bien informada, de nuevo te agradezco tu ayuda, podría saber el nombre de la valquiria que acaba de ayudarme?.

A pesar de su tono amable y cortes, ella ni siquiera le dirigió la mirada y solo se limito a responder su pregunta con otra pregunta.

-¿Porque no acabaste con esa bestia cuando tuviste oportunidad?.- Le dijo con tono serio.

Arukon se sorprendió ante la pregunta de la mujer, de verdad cree que no hubiera acabado la batalla de haber tenido la oportunidad? El había dado todo de si en la lucha, el Baketsugo era una bestia poderosa con la que empleo todo su poder y sus mejores plegarias.

-No se a que te refieres, pero di todo de mi en mi pelea, de haber tenido una oportunidad para derrotarlo antes la habría tomado.- dijo este con tono confundido.

Ante esto Kyurie solo soltó un bufido, sabia que los humanos eran idiotas, pero el estaba en un nivel distinto.

-O eres muy inocente o muy imbécil para darte cuenta no? Es raro ver a un humano con aptitudes de clérigo, las plegarias son el tipo de encantamiento mas tedioso que hay, pero a la vez es uno de los mas potentes, todas las plegarias que usaste en batalla son del Grimorio De La Tormenta Plateada. Si fuiste capaz de usar el Juicio Blanquecino Infinito significa que debes conocer al menos tres cuartas partes del libro, eso son al menos treinta plegarias distintas que pudiste usar contra el monstruo, y tu solo usaste tres, muchas de ellas tenían mejores efectos, eso solo me dice que lo único que querías era luchar contra el sin pensar en el entorno y por eso las cosas acabaron de esa manera.

Arukon quedo boquiabierto ante la explicación de ella, era cierto sin duda que su arsenal de plegarias contiene muchas mas de las que uso, pero el era un humano, no un Elfve o un Aesir, su aura no era tan fuerte y acabaría agotado si se excediera con sus ataques mágicos, así que empezaba a irritarse ante las insinuaciones de la mujer.

-Pues yo no pienso de la misma forma señorita, no dar todo de si en una batalla solo es un insulto a tu oponente.- dijo con tono serio.

Kyurie se acerco a el y le dedico una mirada sombria llena de desprecio.

-No, es mas, pienso que pudiste haberlo acabado con solo un ataque si hubieras querido, me equivoco? Pero aun así alargaste la batalla sin importarte los civiles alrededor, un primordial primero piensa en ayudar al débil no? Eres una vergüenza para la orden.

Ahora Arukon estaba enojado de verdad, al principio creyó que su comportamiento solo era una especie de prueba, pero ahora solo la veía como un ataque, no sabia la razón por la cual esa mujer lo trataba así, pero nada justificada cuestionar sus acciones.

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