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© 💌-𝑬𝒔 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝑬𝒗𝒂∵∷·

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𝐆𝐢𝐲𝐮𝐒𝐡𝐢𝐧𝐨

𝐸𝑛 𝑒𝑠𝑡𝑒 𝑒𝑠𝑐𝑟𝑖𝑡𝑜 𝑠𝑒 𝑝𝑟𝑒𝑠𝑒𝑛𝑡𝑎 𝑢𝑛𝑎 𝑑𝑖𝑛𝑎́𝑚𝑖𝑐𝑎 𝑟𝑒𝑙𝑖𝑔𝑖𝑜𝑠𝑎. 𝐻𝑎𝑏𝑟𝑎́ 𝑚𝑒𝑛𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑎 𝑐𝑟𝑒𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎𝑠 𝑐𝑎𝑡𝑜́𝑙𝑖𝑐𝑎𝑠, 𝑎𝑙𝑢𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑏𝑖́𝑏𝑙𝑖𝑐𝑎𝑠 𝑒 𝑖𝑛𝑐𝑢𝑚𝑝𝑙𝑖𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝑐𝑒𝑙𝑖𝑏𝑎𝑡𝑜 𝑦 𝑙𝑎 𝑐𝑎𝑠𝑡𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑐𝑟𝑖𝑠𝑡𝑖𝑎𝑛𝑎. 𝑇𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒́𝑛 𝑠𝑒 𝒉𝑎𝑐𝑒 𝑟𝑒𝑓𝑒𝑟𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎 𝑎𝑙 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑒𝑛𝑡𝑖𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑠𝑒𝑥𝑢𝑎𝑙 𝑦 𝑐𝑜𝑚𝑢𝑛𝑖𝑐𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑝𝑎𝑟𝑒𝑗𝑎𝑠

𝐴𝑐𝑙𝑎𝑟𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑜 𝑠𝑜𝑦 𝑟𝑒𝑙𝑖𝑔𝑖𝑜𝑠𝑎 𝑛𝑜 𝑒𝑠𝑡𝑢𝑑𝑖𝑜 𝑙𝑎 𝑟𝑒𝑙𝑖𝑔𝑖𝑜́𝑛, 𝑎𝑠𝑖́ 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑜 𝑑𝑒𝑠𝑐𝑟𝑖𝑡𝑜 𝑎𝑞𝑢𝑖́ 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒 𝑠𝑒𝑟 𝑒𝑟𝑟𝑜́𝑛𝑒𝑜. 𝑀𝑒 𝑏𝑎𝑠𝑒́ 𝑒𝑛 𝑚𝑖𝑠 𝑐𝑜𝑛𝑜𝑐𝑖𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑝𝑟𝑒𝑣𝑖𝑜𝑠 𝑦 𝒉𝑎𝑐𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜 𝑢𝑛𝑎 𝑝𝑒𝑞𝑢𝑒𝑛̃𝑎 𝑖𝑛𝑣𝑒𝑠𝑡𝑖𝑔𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛.

𝑆𝑒 𝑟𝑒𝑐𝑜𝑚𝑖𝑒𝑛𝑑𝑎 𝑑𝑖𝑠𝑐𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜́𝑛.
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Tomioka odiaba su vida, y odiaba en lo que se había convertido. Algunas veces pensaba que no era tan malo, sino que simplemente era inconformismo, pero lo cierto era que no era feliz. En lo más mínimo.

Cuando Giyuu era niño, su familia era muy pobre. Eran tan pobres, que no dudaron en entregar a su hijo al seminario cuando les ofrecieron el puesto para él en la escuela, sin necesidad de tener que pagar absolutamente nada por ello.

La decisión de su familia lo perseguiría el resto de su vida. Entendía que lo hacían por ofrecerle un mejor futuro, y también por sobrevivir ellos, pero aún así le generó un profundo resentimiento, porque él no quería ser cura. En el seminario no sólo tuvo que leer una pila enorme de libros religiosos y de filosofía, también su carácter se endureció luego de los malos tratos que recibía por sus maestros. Siempre le recordaban que estaba allí por la escasez que atravesaba su familia "eres hijo de la pobreza, y la pobreza te debes lavar para alcanzar el reino de los cielos" y más mierdas de ese estilo que lo desquiciaban. Solo había dos personas en ese lugar con las que se llevaba bien, su maestro Urokodaki, y Sabito, el único amigo real que hizo en el seminario. Sin embargo, Sabito escapó del lugar para poder casarse con una mujer cuando apenas tenía 18 años. Esto enojó mucho a Giyuu, ya que nunca le dijo que tenía una novia, ni le habló nunca de sus planes, y lo dejó solo en ese lugar. Ni siquiera le dio una despedida. Aquella situación contribuyó en gran medida a que su vida se llenara más de amargura.

Poco después de que Giyuu fuera entregado a la escuela, su padre se marchó sin despedirse de nadie, y su madre cayó en una depresión que la llevó al alcoholismo, y previamente al suicidio. La única persona que se quedó, fue su hermana Tsutako, la única que nunca estuvo de acuerdo con enviarlo al seminario. Pero para cuando su hermana mayor tuvo completa autoridad y estabilidad, ya era demasiado tarde, pues Giyuu ya se había graduado, y debía comenzar a ejercer su profesión.

Fue asignado a un pequeño y tranquilo pueblo semi rural, no muy lejos de su lugar de origen, así que generalmente su hermana lo visitaba. Era una capilla donde además había una agrupación de monjas, conformada por 25 mujeres. Donde encontró a Shinobu.