© 💌-𝑻𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐 𝒊𝒏𝒔𝒖𝒇𝒊𝒄𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆∵∷·

3.7K 133 82
                                    

•──────────•❁•
𝐒𝐚𝐧𝐞𝐊𝐚𝐧𝐚

𝐸𝑛 𝑒𝑙 𝑠𝑖𝑔𝑢𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑒𝑠𝑐𝑟𝑖𝑡𝑜 𝑠𝑒 𝑣𝑎 𝑎 𝑝𝑟𝑒𝑠𝑒𝑛𝑡𝑎𝑟 𝑢𝑛𝑎 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟𝑎𝑐𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑑𝑒 𝑖́𝑛𝑑𝑜𝑙𝑒 𝑠𝑒𝑥𝑢𝑎𝑙 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑑𝑜𝑠 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎𝑗𝑒𝑠, 𝑐𝑜𝑛 𝑙𝑒𝑛𝑔𝑢𝑎𝑗𝑒 𝑠𝑢𝑐𝑖𝑜 𝑦 𝑚𝑒𝑛𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑖𝑚𝑝𝑙𝑖́𝑐𝑖𝑡𝑎 𝑑𝑒 𝑟𝑒𝑙𝑎𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑠𝑒𝑥𝑢𝑎𝑙𝑒𝑠.

𝑆𝑒 𝑟𝑒𝑐𝑜𝑚𝑖𝑒𝑛𝑑𝑎 𝑑𝑖𝑠𝑐𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜́𝑛.
•❁•──────────•

Él probablemente nunca lo admitiría ante nadie, pero aquella terraza era agradable. Era elegante, al igual que cualquier lugar en el edificio. Amane Ubuyashiky tenía un jardín aéreo allí, así como mesas para tomar té. Era un lugar al que cualquier podía subir a relajarse, respirar el aire puro que brindaban las plantas.

Sanemi estaba sentado a escasos metros de la barra de seguridad. Se llevó un cigarrillo a los labios mientras observaba el cielo estrellado. Hacía ya bastantes semanas que no iba a ver a su madre y a sus hermanos menores, así que consideró pedir unos días libres para visitarlos.

El sonido se unos tacones contra el suelo le anunció la llegada de alguien, así que Sanemi se giró para ver de quién se trataba. Agradable fue su sorpresa cuando descubrió que era Kanae. Como hacía solo unos minutos acababan de salir de una reunión de Pilares, ella también estaba vistiendo un traje elegante. Pantalones negros con las botas anchas, un bralette de encaje blanco debajo de una saco a juego con el pantalón, y un par de zapatillas sencillas y elegantes que le regalaban unos centímetros extra.

—Sabía que te encontraría aquí.

Sanemi le tendió la mano para ayudarla a sentarse. Cuando estuvo a su lado, Kanae le dio un beso en la mejilla y colocó una mano sobre su pecho, mientras que él le rodeó la cintura con su brazo.

—¿Entonces me viniste a buscar? —se burló de ella.

Kanae cerró los ojos y se apartó por completo de él. —Oh, si quieres que me marche, solo tienes que decirlo, Sanemi.

En respuesta, Sanemi se rió un poco y se inclinó sobre ella para darle besos por su mejilla y su cuello, hasta que ella también se estuvo riendo. Todo fue felicidad, hasta que...

—¿Otra vez estás fumando?

Sanemi apagó el cigarrillo contra el suelo. —Lo siento.

Kanae odiaba que fumara porque sabía lo que toda esa mierda le hacía a sus pulmones. Antes de comenzar a salir con ella podía fumarse al menos dos cajas al día. Pero ella y todo su conocimiento en medicina lo convencieron para que dejara de hacerlo por su salud, y en los dos últimos años había reducido considerablemente esa cantidad a, al menos, uno diario. Pero siempre lo hacía a escondidas de ella, para no molestarla.

—Solo era uno. —le dijo, al ver su puchero.

—Como sea.

—¿Qué era lo que quería pedirte oyakata-sama?

El patrón me había pedido a la Pilar que se quedara unos momentos después de que terminó la reunión, y le causaba curiosidad saber el motivo.

—Nada importante, solo me asignó una misión nueva. —Kanae se quitó las zapatillas y las dejó olvidadas a un lado. —¿Y qué haces tú aquí?

ꓸ᭄ꦿ⃔⸙ 𝐋𝐮𝐬𝐭─ ࿊⃨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora