Aún recordaba como hace unos años en esa comisaría los policías iban de un lado a otro apurados. Yo les observé con curiosidad, a la vez que buscaba a mi padre con la mirada entre la multitud. Siempre quedábamos en la salida de su despacho, pero ese día estaba tardando más en venir.
—Nova—él me sonrió y me encontré con sus ojos color amatista—Siento que hayas esperado mucho, tenemos un interrogatorio muy complicado. El hombre no confiesa y no estamos seguros de si es culpable del crimen—suspiró. Parecía muy cansado—Está siendo muy duro, ya que no encontramos el arma homicida de todos sus asesinatos.
A pesar de ser un tema algo morboso para una niña de mi edad, era lo suficiente madura para entender la situación. Siempre había tenido una mentalidad más abierta que la de otros niños.
—Yo podría ayudar—sugerí—Si le toco podré saber si lo hizo o no, puedo sentir si es culpable. No será nada. Después de eso a lo mejor confiesa donde está el arma.
Qué inocente fui. Para ese entonces mi habilidad no había manifestado ni un diez por cierto de su verdadera potencia.
—Sé que puedes cariño, pero puede ser peligroso—me dijo él con un deje de inseguridad—Aún no sabes a qué puede llegar tu singularidad.
—Solo serán unos segundos. Así tendréis más fácil la investigación ¿No?
Tras insistirle mi padre accedió, no era la primera vez que les ayudaba, pero aquellas veces habían sido cosas mucho más triviales. Cuando me quité los guantes entré en la sala donde se encontraba aquel hombre. Había varios policías armados y aún recuerdo segundo a segundo la sonrisa siniestra del criminal y su mirada sangrienta. Me dio escalofríos, pero aun así decidí ayudar a mi padre.
—Adelante—me dijo uno de ellos sin dejar de seguir mis movimientos.
Coloqué una de mis manos sobre su brazo derecho, ambos esposados, del criminal. Sin embargo esa vez no fue como las otras veces. No solo sentí una pequeña cosa, lo sentí todo y también lo vi todo. Vi todas las atrocidades que había cometido ese criminal una y otra vez en mi mente. Sangre, robos y abusos. Incluso sentí aquello que todas sus víctimas sintieron: dolor, angustia, desesperación y terror.
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Tacto | Kyouka Jirou x Oc
Roman d'amourPorque si (no) sabes controlarlo el tacto puede llegar a ser el sentido más peligroso. [Kyouka Jirou x Oc femenino] [Aclaración: Un Oc significa Original Character. Es un personaje inventado por mi que se introduce en la historia como un personaje m...