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— Muy bien, con eso debería bastar —La enfermera se alejó luego de varios minutos. Duff tenía una compresa fría en su abdomen, la cual fue retirada por la mujer—. Trata de ponértela ocho veces al día durante quince minutos, ¿De acuerdo? No te toques mucho, el dolor ya debería ir pasando —Habló con dulzura y se la extendió.

— Gracias, Joyce. —Dijo el rubio recostado con una suave sonrisa, para luego tomar la compresa y dejarla a un lado.

— No es nada, cariño. Te traeré una pastilla también. —Dicho esto, salió de la habitación.

— ¿Todo bien? —Dijo ahora el moreno, el cual tomó como antes la mano de Duff entre las suyas.

— Todo bien, Saulie. Gracias por quedarte aquí. —Le dirigió la mirada para regalarle la misma sonrisa.

— No es nada... —Se atrevió a alzar un poco más la mano del ojiverde, dejando un tierno beso en el dorso de la misma. El más alto rio, logrando que sus pálidas mejillas tomaran un pequeño sonrojo.

Conectaron miradas por un momento, hasta que el rubio desvió sonriente la suya y habló de nuevo.

— Sabes, dentro de poco será el baile. Me preguntaba si, bueno...

El mayor no pudo terminar al notar la presencia de la mujer otra vez, con una mano sosteniendo un vaso de agua y la otra una pastilla.

— Aquí tienes, cari. Esto te ayudará. —Le extendió ambas cosas, a lo que el ojiverde se incorporó mejor en la cama para tomarlas.

— Gracias, Joyce... Eres muy amable —La castaña sonrió y tomó de nuevo el vaso una vez que Duff digerió su pastilla—. Ya pueden ir a clases. Si vuelves a sentirte mal, no dudes en volver.

El más alto asintió y se levantó con cuidado, volviendo a agarrar la compresa. Slash no dudó en ir y ayudarlo a caminar mejor.

— ¿No te cansas de ayudar a este fumador? —Rio pasando un brazo detrás del cuello del menor.

— Nop, nunca —Sonrió—. Y jamás lo haré.

Caminaron fuera de la enfermería para dirigirse a su clase correspondiente.

— No creo que nos pongan falta por esto, así que estaremos bien. Pero no quiero tener que copiar todo lo acumulado. —Dijo Saul a lo último mientras rodaba sus ojos.

— Lo sé, qué mierda.

— Hablando de mierda... —Dijo de nuevo el moreno, entrecerrando sus ojos al divisar a otro chico pelinegro despeinado, otro de los populares y bastante problemático, el cual estaba fumando en medio pasillo.

Decidieron pasar de él, o al menos tratar. Pero este terminó percatándose de la presencia de ambos, a lo que empujó la espalda del moreno y este frunció el ceño.

— No empieces, Sixx.

— Oh, "No empieces, Sixx" —Imitó en un tono burlón en lo que se ponía frente a ellos con una sonrisa de malicia—. Más vale que Tommy te haya dado tu puto merecido —Dijo mirando molesto a Duff.

— Yo no empecé esto, y deberías de saberlo —Respondió el rubio.

— También deberías de darte cuenta de que Tommy es un puto imbécil, Nikki. —Dijo Slash después.

— Necesitamos ese dinero, y Tommy es mi amigo.

— ¡Duff también es el mío, así que más vale que no le pongas un puto dedo encima!

— Otra vez... —Murmuró el rubio acariciando uno de sus brazos.

La campana del receso sonó, a lo que ninguno de los tres hizo caso.

— ¡Claro, defiéndelo! No saben con quien se están metiendo, maricones.

— ¡Ya deja de llamarnos así, no somos unos putos maricones! —Gritó Duff ahora más histérico—. ¡Odio esa palabra, la odio tanto!

— ¡Es lo que eres! —Nikki tomó el cuello de su camiseta con una mano, acercando al ojiverde a su rostro—. ¡Un imbécil homosexual que no debió existir nunca!

Justo cuando el chico de cabellos despeinados iba a apagar el cigarro en el blanquecino rostro de Duff, recibió un fuerte empujón que lo hizo caer al suelo.

— Lárgate, Frank. Consigue un psiquiatra, te hace falta. —Dijo con seriedad. Izzy acomodó su boina y empezó a caminar, con intenciones de que Saul y Duff lo siguieran.

— ¡Ese no es mi puto nombre! —Se levantó soltando un gruñido para irse por su camino, tirando con rabia el cigarro a cualquier parte, sin importancia alguna.

— Mierda... Gracias por eso, Iz. —Dijo Duff, cabizbajo. Pero sus ánimos se recuperaban rápidamente al sentir como el rizado le acariciaba con cariño la espalda.

— No soporto a Nikki y a su pandilla de imbéciles. Son todos unos retraídos mentales... Pff, ¿Qué digo? Putos retrasados —Comentó el moreno, rodando los ojos.

— Solo... Vamos a comer. Quiero olvidarme de todo por un momento. —Respondió Duff, poniendo su mano en su frente, a lo que los dos restantes asintieron.

— Oh, Izzy, ¿Viste a Axl y a Steven? —Le preguntó el rubio.

— Axl estaba en clases de música. Steven supongo que en artes. —Se alzó de hombros.

— Vamos a buscarlos, quiero estar con ustedes. Me alegran. —El más alto dejó ver una suave sonrisita.

— Y a nosotros nos alegra estar contigo. —Dijo Slash, sonriéndole también.

Izzy los miro tranquilo, sin sonreír. Pero también le transmitía felicidad interna la situación.

No Quiero Dejarte Solo {Sluff}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora