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— ¡Hm, saqué un ocho, perras! ¡Chúpenme el pene! —Decía McKagan con una gran sonrisa en sus labios, mientras que sostenía aquella hoja de papel entre sus manos.

— ¡Wow, estoy muy orgulloso de ti, Duff! —Steven le devolvió la sonrisita, fijando la mirada en su almuerzo para seguir comiendo con tranquilidad. Hudson también sonrió, el cual estaba chateando y sentado frente al de ojos azules.

— Uh-huh, no podría haberlo hecho sin este idiota de acá. Dame un abrazo, negro estúpido, te amo mucho. —Sin siquiera dejar que Saul diera un respiro, el rubio lo levantó por detrás y estaba ya estrujándolo y meciéndolo entre sus brazos.

— ¡A-Auch, bueno... Ya entendí, suelta! —Entre risas y quejas, trató de alejar al ojiverde de ese tortuoso abrazo mientras pataleaba—. ¡Palomita, ayuda!

— Steven, si intentas algo te acusaré con Izzy. —El mencionado rodó sus ojos con una sonrisa. Se inclinó hacia adelante y jaló fuertemente a Slash del brazo, a lo que este terminó cayendo al suelo.

— ¡Ay, ah...! Ustedes son demasiado brutos, agh... —Se quejó el de rizos desde el suelo, mirando el techo así.

— Hey —Saludó el chico de la boina minutos después, y así se le quedó mirando por un instante al moreno en el suelo—. No voy a preguntar.

— Sí, por tu bien te conviene. —Aseguró Duff en broma. Izzy fue a sentarse al lado de Steven y este último le sonrió.

— Eh, ¿Hola? ¿Nadie me va a ayudar? —Se quejó nuevamente el de oscuros ojos y alzó sus brazos en el aire.

Con una sonrisa, Duff se agachó un momento para cargar entre sus brazos a su amigo, el cual se cruzó de ellos ahora.

— No es justo, yo cargo a las personas, no ellas a mí. —Hudson cerró sus ojos con el ceño fruncido.

— Qué lindo, pero no me aguantas. —Sonrió de nuevo.

— ¡Sí lo hago! ¡¿Qué no ves estos brazos?! —Alzó como antes uno de ellos y ahora lo agitó, abriendo los ojos. El rubio rio negando con su cabeza.

— Entre nosotros dos, ¿Quién creen que es más fuerte, amigos? —Le habló Duff a los otros dos chicos de enfrente.

— Yo pienso que ambos lo son. —Comentó Steven con dulzura.

— A mí no me metan. —El mayor de los tres, puso su codo sobre la mesa y ahora su mentón sobre su mano.

— Anda, Whizzy. —Insistió McKagan.

— Bien, mhm... Saul.

— ¡Já, te dije! —Se burló de su amigo con una sonrisa juguetona. El rubio ahora fue quien frunció su ceño.

— Ah, ¿Sí? Pues... Yo soy más alto, perra, y más lindo. —Movió su cabello varias veces.

Y así se quedaron. Peleando con ternura solo ellos dos mientras que Izzy y Steven miraban, hablaban y reían en silencio entre sí.

~•~•~•~•

— Qué linda es... —Susurró Nikki, con un cigarro en sus labios. Miraba con atención una Revolver que Tommy sostenía en sus manos para jugar con ella.

Sin responder, Lee apuntó hacia al frente y un fuerte disparo se escuchó segundos después, uno que aullentó a las aves cercanas.

Con una gran sonrisa, Sixx empezó a saltar y a reír al ver la botella hecha pedazos. Estaban en una zona bastante alejada de las casas, como siempre se habían escapado de clases. Era un territorio abandonado, donde habían autos bastante dañados, basura y las vías de un tren.

— En verdad quiero usarla —Dijo Tommy por fin—. Y no en asquerosas botellas.

Nikki supo a qué se refería, pero no se imaginó lo que pasaría después. Todo eran risas, hasta que su cuerpo se volvió frío por un instante al ver que aquella treinta y ocho estaba a centímetros de su rostro. T-Bone puso despacio el arma sobre la frente del contrario, y al final, imitó en un susurro el sonido de un disparo.

Ahora fue él quien empezó a reír mientras retiraba el objeto. Sixx puso una mano sobre su pecho, su corazón iba a mil por hora y sus piernas se encontraban temblando. Le asustaba, pues sabía que Lee era capaz de cualquier cosa. Lo había escuchado y visto.

— Debiste ver tu cara, parecías un cachorrito asustado. —Rio con burla.

Cuando el mayor reaccionó, enojado, tomó agresivo el cuello de la camiseta del de ojos claros.

— ¡¿Qué te sucede, imbécil?! ¡Pudiste haberme matado! —Gritó.

— Más vale que me sueltes, Nikki. —Advirtió en un gruñido y su mano libre la colocó en el pecho contrario.

— ¡Ni se te ocurra hacer eso de nuevo o yo mismo te arranco los ojos! —Mirándolo con furia en sus ojos, se vio obligado a bajar estos hasta su abdomen. En esa zona, estaba el arma colocada otra vez.

— Pude haberte puesto una bala en la cabeza pero, no creo que sea necesario ahora. Puedo atravesarte el puto estómago, si quieres. —Habló serio.

Con temor, Frank lo terminó soltando y separándose mientras que sus manos y piernas temblaban todavía. Su rostro estaba algo pálido, su respiración agitada.

— Eso pensé. —Thomas rodó sus ojos y se terminó yendo de ahí sin su amigo.

No Quiero Dejarte Solo {Sluff}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora