11 Los Japoneses.

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El otro mundo era abrumador. Apenas atravesaron el espejo y salieron del otro lado como varios sacos de papas, cayendo unos sobre otros, pudieron notar la sobrecarga sensorial. Artefactos extraños alrededor de ellos, sonidos ensordecedores y confusos provenientes de afuera. Al asomarse por la ventana vieron árboles sin hojas, totalmente negros con ramas de igual color que se interconectaban una con otra en paralelo hasta el infinito.

Aún podían ver a Xia del otro lado del espejo, la chica de aspecto gatuno les hizo una señal afirmativa con los pulgares y en sus labios pudieron leer "Buena suerte" antes de que desapareciera nuevamente.

-¿A dónde vas, Luo Binghe?-preguntó cansinamente Hua Cheng al ver que el interpelado abría la ventana corrediza para irse.

-Iré a recoger flores y a admirar la naturaleza ¿Qué parece que estoy haciendo?-respondió el mitad demonio desde el alféizar.

-No tenemos un plan aún-Wangji habló, acomodando un poco sus ropas y cinta que se habían torcido en el "aterrizaje".

-Lo tenemos: es ir por Shizun, Shang Qinghua y traelos de vuelta. Nos estamos tardando demasiado, ha pasado mucho tiempo ya-dicho eso, Luo saltó hacia afuera.

Mobei-jun, quién estaba totalmente de acuerdo, tomó el espejo, lo envolvió en una tela que encontró sobre la ventana y se lo colocó sobre la espalda. Todo ésto, con la intensión de que apenas encontraran a los otros, pudiesen volver. En un parpadeo, ya había aparecido junto al mitad demonio.

Wei Ying suspiró y habló con cierta exasperación, subiendo el también a la ventana para salir. Se veía algo cansado, debido a que su núcleo no se había desarrollado tanto como quisiera-Siento ganas de golpearlo cada vez que me recuerda a mí mismo. ¿Debería autopatearme?-se preguntó antes de salir tras el desesperado discípulo. Inmediatamente, Hanguang-Jun los siguió con los labios apretados en una tensa línea.

Hua Cheng y Xie Lian sentían que de alguna manera estaban ejerciendo la paternidad con aquellos seres. El demonio fantasma saltó a través de la ventana y con caballerosidad, aunque sabía que no era necesario, ayudó a Dianxia a bajar por la misma.

Los monstruos de metal eran realmente aterradores en un principio, sin embargo descubrieron que eran carruajes acorazados para los habitantes de ese mundo y que, si no te atravezabas en su camino probablemente no eran peligrosos. Lo descubrieron cuando no les sucedió mucho saltando de carruaje a carruaje en una fila interminable y de ruidosos sonidos agudos.

Algunas personas les gritaban molestos, sacando la cabeza y manoteando fuera de los carruajes de metal. Les decían algunos expletivos que no entendían mucho.

Llegaron hasta un lugar donde había demasiadas personas aglomeradas. Había un ambiente de emoción y ansiedad que podían sentir de aquel conjunto de personas con vestimentas demasiado extrañas y objetos brillantes en sus manos.

-Saludos-Wei Ying le habló a un grupo de chicos...o chicas, no sabía pues tenían un aspecto muy fino en sus facciones y usaban maquillaje y algunos adornos en sus orejas.-Venimos de muy lejos y...

-¿Qué onda? ¿Vienen por el estival de música o se les perdió algún evento anime?

La expresión de Wei Wuxian y todos los demás estaba en blanco sin haber entendido un poco más de la mitad de lo que dijo aquella persona.

Otra persona intervino, era más alta, pero no tanto como los recién llegados, miró con desaprobación a la primera que habló y lo regañó.-Es obvio que vienen al Festival, el evento de Anime y Comics es en dos días, William.-Luego de eso, el chico, con semblante más amable se dirigió a ellos. -Se nota que no son de por aquí por su acento. ¿Vienen a participar o a disfrutar?

Hasta que "El Sistema" nos separe. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora