Hasta que "El Sistema" nos separe.

Extra 2 : Mejor que el Resentimiento de la Montaña Primaveral.

—Estoy seguro que podría hacerlo mejor que usted, Hanguang-jun.

Eso fue lo que dijo el señor demonio Luo Binghe a Lan WangJi una tarde y habían muchos contextos que se podrían inferir.

Hua Cheng soltó una risita sarcástica y con una ceja levantada habló. —Lo dudo. Lan WangJi es muy bueno con las palabras.

—Mn—el interpelado asintió, sin formar palabras, como acostumbraba hacer, sin ayudarse mucho a lo que afirmaba.

—Luo, entiendo que quieras sobresalir para que el maestro Shen se maraville contigo, pero si algo he aprendido con ustedes es que la unión hace la fuerza—Hua Cheng razonó con el que le rendía mucho honor a su apodo de "Orgulloso Demonio Inmortal".

—Fue mi idea y ustedes quieren robarse mi protagonismo—Luo Binghe seguía con su obstinación.

—En realidad el hermano mayor Luo tomó mi idea—Hanguang-jun habló finalmente. —Yo le escribí una canción a Wei Ying y se la canté.

Luo frunció el entrecejo y boqueó como un pez fuera del agua por dos segundos, luego cruzó sus brazos sobre su pecho. —Usted gana esta vez, Hanguang-jun.

—Estamos perdiendo el tiempo, empecemos a escribir ahora—San Lang tomó pincel y pergamino, luego de unos segundos, negó con la cabeza y le pasó las herramientas de escritura a Luo. —Mejor escriban ustedes. Hay que pensar en un título, toda canción tiene uno.

—Em...—el hasta ahora callado Mobei-jun se hizo notar y todos lo miraron expectantes, esperando su gran y valiosa contribución. 

—¿Nos vas a ayudar, Mobei?—Luo alzó las cejas algo sorprendido del voluntariado ajeno.

—Quería decirles... que no cuenten conmigo—con eso desapareció, dejando a los otros muy poco sorprendidos por su poca colaboración.

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Mobei-jun sentía insectos venenosos y punzantes en su estómago cada vez que veía a Shang QingHua riendo y conviviendo con los otros. El demonio de hielo sabía que no estaba bien sentirse de esa forma, que no era algo producente. Quería arrancarse esa sensación que incluso le dejaba un horrible sabor de boca.

—¡Dawang!—la voz del que estaba ocupando sus pensamientos lo distrajo y con un movimiento grácil, el señor del Norte se volteó. QingHua se veía alegre y emocionado. Inquieto como un pequeño hamster juguetón. —Dawang, hay un rumor por el palacio de Hielo...

—¿Rumor?

—Sí—Shang asintió con emoción. —Dicen que están preparando algo para nosotros. En realidad, el rumor lo empezó Wei Wuxian.

Mobei-Jun miró hacia otro lado, un poco molesto de que ese rumor los haya comprometido de alguna forma.—No deberías darle importancia a los chismosos como él.

—Pero...—el pequeño escritor perdió gran parte de su emoción con esa sola frase.—Estaba feliz solo con la idea de que Dawang preparara algo para mí.

Mobei-jun maldijo mil veces en su interior.

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Se habían puesto de acuerdo en encontrar una melodía que les gustara a todos. WangJi era bueno para eso, tarareaba al azar y a partir de allí, cuando había unanimidad en una melodía, los chicos tomaban turnos para cada uno escribir versos.

Vocalizaron y debido a sus habilidades, rápidamente entonaban y podían cantar decentemente.

—Denegada—suspiró Hua Cheng debido a que Luo Binghe rompía en llanto cada vez que en el ensayo tenía que cantar el verso intensamente triste que él mismo escribió.