Capítulo 1

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La vida es algo más que solo sobrevivir... Llevaba con esa puñetera frase en la cabeza todo el santo día. Joder, dónde la he escuchado? Es como esos anuncios de shampoo que te meten en la tele una y otra vez y no se cansan, no sé ni de dónde la he sacado para empezar, quizás sea de mis vidas anteriores. Puffff, que chorradas de cosas tengo en la cabeza últimamente, tengo que trabajar menos y salir más, si es que mis amigas tienen razón y debo empezar a vivir la vida un poco. Mi vida se ha resumido bastante a lo que es del trabajo a casa y de casa al trabajo, y no me quejo la verdad, me gusta mi vida, el orden, el control, aunque últimamente he sentido una sensación de vacío muy molesta, como si algo me faltara para estar completa. Pero no es algo por lo que pierda el sueño por las noches. Estoy muy bien así, si señor.
Siempre me he considerado como una persona del montón, sin nada especial y bastante normal, aunque también debo resaltar mis cualidades y es que soy guapa, bastante según algunos y algunas, y soy inteligente. Me saqué la licenciatura en medicina con título de honor y hace un año acabé la especialidad en Pediatría. Amo mi trabajo, fue una suerte para mi poder trabajar en el mismo hospital que trabaja mi madre y poder contar con su apoyo en el hospital. Tuve algunos problemas al principio ya que no faltó el rumor que solo era una enchufada de mi madre y todo eso. Decidí no hacer caso y demostrar que sí valía por mi misma. Solo había pasado un año y ya era la jefa de Pediatría por méritos propios. «Toma ya, chupaos esa pringaos» Total, que nunca he soportado que me juzguen porque vengo de una familia acomodada y con buena posición financiera. Soy hija única y mis padres siempre me dieron todo lo que necesité y más, pero eso no significa que sea una derrochadora o que no sepa agradecer sus sacrificios. Amo a mis padres, a los dos. Siempre hemos sido muy cercanos y los he mantenido en mi círculo de confianza siempre. Es por eso que no lo dudé cuando decidí contarles que era bisexual. Porque sí, soy bisexual, y no hay una historia dramática detrás de esto de cómo en mi adolescencia me gustó una amiga, no sabía que me gustaba, me sentía mal conmigo misma y no supe lo que era hasta años después, no. Siempre supe que me atraían las chicas tanto o incluso más que los chicos. No tengo preferencias en realidad ya que he salido con ambos sexos. Como dije mis padres me apoyaron y yo nunca me escondi. Siempre me enorgulleci de lo que soy y de cómo soy.
Hace cosa de un año me entró en la cabeza cambiarme de ciudad, respirar aires nuevos. Mis padres pensaban que se trataba de darme un poco de distancia de mi ex pareja Finn, y en parte tenían un poco de razón en eso. Finn fue algo que simplemente no salió bien. Estuvimos saliendo durante un tiempo pero ambos estábamos en momentos muy distintos de la relación. El quería estabilidad y compromiso y yo no estaba lista, al menos no con él. Luego de terminar descubro que el muy cabronazo me engañaba con otra, será básico? En fin, quería alejarme de aquel drama.
Y todo eso nos trae al presente, un presente en el que aún no he encontrado un piso decente, mis cosas de la mudanza vienen con varios días de retraso y voy tarde al trabajo. Me han aceptado en el Hospital Princeton y ya voy tarde, menuda forma de empezar Griffin, vaya que si. Solo por hoy decidí ir en moto para evitar el tráfico horrendo de la ciudad. No suelo utilizar mucho la moto para trasladarme, no porque no sepa manejarla, pero solo la uso para ocasiones especiales o motivos de fuerza mayor, como esta.
Aparco en el estacionamiento justo donde veo mi lugar «Dr Clarke Griffin» qué eficiencia, muy bien.
Siempre me ha gustado vestir cómoda, no me va nada todo el rollo ese de vestir de galla hasta para sacar la basura, no no eso no va conmigo, por lo que solo voy con unos jeans ajustados, unas botas negras con algo de tacón, una camiseta que me hace muy buen escote, «todo por una buena primera impresión» y mi bata blanca de médico.
El hospital es bastante grande, nada menos para uno de los mejores del país, me acerco a la sala de información donde se encuentra una señora de unos cuarentitantos.
- Buenos días.
- Hola cielo, qué puedo hacer por tí?
- Soy la doctora Griffin, me preguntaba si podría hablar con el director general del hospital, el señor Jaha.
- Claro, eres la doctora nueva que han mandado de Pediatría?
- La misma, soy yo.
- Pues es todo un placer conocerte. Soy Claire, para lo que necesites.- dice eso y me da la mano.
- Un gusto Claire. Yo soy Clarke.
- Estamos muy felices de que estés aquí con nosotros. Es un gran hospital y la gente es estupenda. Ya verás que enseguida encontrarás tu lugar.
- Muchas gracias, espero que todo salga bien.
Me cae bastante bien esta señora, perece maja. En un segundo el teléfono comienza a sonar y Claire lo coge. Enseguida me mira y asciende.
- Es el señor Jaha, que ya puedes subir, estaba esperándote.
- Muchas gracias.
Comienzo a caminar hacia el ascensor, se respira un buen ambiente en este hospital, creo que he hecho bien en venir aquí. Antes de que las puertas se cierren alcanzo a escuchar a Claire gritar - buena suerte Clarke-, ante eso solo me resta dedicarle mi mejor sonrisa de agradecimiento, siento como el ascensor sube y con él mis nervios. Es el momento de comenzar de nuevo. No sé que es lo que me espera aquí pero sea lo que sea estoy lista. El ascensor se para, se abren las puertas y me dispongo a salir, no sin antes respirar profundo para calmarme. « vamos Griffin, con dos huevos».

In our hearts (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora