Capitulo 11

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Me encontraba en un estado zen de paz absoluta. Mi cuerpo estaba totalmente relajado, en aquellas sábanas de seda, con nuestro olor impregnado por todos lados. Podía ver cómo se escurrían poco a poco los rayos del sol en la habitación, hasta el punto que uno de ellos alcanzó mis ojos dormecidos, obligándome a apartar la vista.

Fue cuando vi lo que se encontraba al otro lado de la cama. Un cuerpo desnudo reposaba tranquilamente a mi lado. Las sábanas solamente cubrían la parte baja de su espalda, escondiendo la mejor parte, para mi desgracia.

Me tomé unos cinco minutos en admirar cada una de sus curvas, en las cuales me perdí y disfruté varias veces la noche anterior. Había sido una noche espectacular, sencillamente la mejor de mi vida. Un reguero de cabellos rubios se esparcían encima de la almohada, y su respiración era relajada. Era verdaderamente perfecta. En momentos así me sentía muy afortunada por haberla conocido y estar con ella.

Justo entonces, recuerdos de la noche anterior vinieron a mi mente. Fue todo tan intenso, nunca antes me había sentido así con una mujer. Clarke despertaba en mí muchas cosas, y me había hecho sentir de todo. Perderme en ella fue lo mejor del mundo, su cuerpo era maravilloso,  y disfrutarla, sublime. Habíamos disfrutado la una de la otra en varias ocasiones a lo largo de la noche, con resultado de varios orgasmos, quedando en el marcador 3-2 a su favor. Quise igualarlo, pero Clarke estaba cansada de su guardia y decidí postergarlo. Hay más tiempo que vida.

Aunque me llevé varias sorpresas a lo largo de la noche. Descubrir que Clarke era bastante fogosa fue increíble y, según pude comprobar, era de las que hablan mucho cuando follan. Eso me encantó ya que yo también comparto esa costumbre. Descubrí que ambas nos complementamos muy bien en la cama, aunque aún está ese tema de la bottom y la top, que no estaba claro, «maldita Raven y su manía de meterme bola en la cabeza».

Cada vez que recordaba sus gemidos y cómo gritaba mi nombre la deseaba incluso más, y qué maravilla de pechos, por Dios. Podría quedarme en cada uno de ellos por horas. Amaba su cuerpo y la amaba a ella. He tenido parejas sexuales bastante buenas, y el sexo estaba bien, pero nunca sentí con ellas lo que Clarke me hizo sentir anoche. Es que el sexo con amor es mucho mejor.

Ese día ambas lo teníamos libre, por lo que no habían prisas por salir de aquella cama, además, tenía un marcador que igualar, que soy muy rencorosa con ese tipo de cosas y no quería perder contra ella.

Despacio y sin que ella se diera cuenta, me coloqué encima de su espalda, repartiendo besos por toda su piel. Acomodé su cabello, de modo que tuviera acceso a su cuello para besarla y lamerlo. De su boca salió un leve gemido, prueba de que había despertado y estaba consciente de lo que le hacía.

- Buenos días. -le digo a modo de susurro en su oido, finalizando con un beso húmedo.

Me respondió en forma de gemido, estirándose un poco, mientras que mis manos acarician todo su costado.
Repartí besos por toda su espalda, a lo largo de la columna, disfrutando de su olor y su piel suave.

Luego, en un movimiento le quito la sábana de encima, dejándola completamente desnuda, encendiéndome por completo al ver ese culo perfecto que poseía.
Después de eso me recosté a ella, cabe mencionar que yo también estaba desnuda, por lo que el contacto piel con piel fue delicioso. Los besos a lo largo de su cuello y en su nuca se volvieron más húmedos, y noté cómo su respiración cambiaba.

- Anoche fue increíble. - le digo en el oido mientras la beso y le muerdo el lóbulo, a lo que ella gime un poco más ronco - Muero por sentirte de nuevo, Clarke.

Vuelvo a repartir besos por toda su espalda, colocándome al final de esta para tener mejores vistas de su retaguardia. Al momento en que mis manos comenzaron a masajear cada una de sus nalgas Clarke soltó un gemido de lo más porno.

In our hearts (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora