Capitulo 14

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Ni siquiera lo pensé dos veces al salir a buscarla en cuanto vi su mensaje de voz y después escuché su canción, una canción en la que sabía que había desplegado todo su ser y su alma, porque Clarke era así. Clarke entregaba su alma en cada canción que cantaba, y podías sentir todo lo que ella sentía.

Pude sentir su dolor y su angustia, los mismos sentimientos que reinaban en mi desde ayer, era obvio que ambas lo estábamos pasando mal, así que decidí terminar con nuestro tormento. Esa canción era lo que necesitaba para lanzarme al vacío, y esta vez sin miedo a golpearme, porque sabía que allí estaría ella también.

Llegué al hospital para verla, no podía esperar a la noche y sabía que ella estaría allí. Cuando llegué a su oficina me sorprendí un poco porque estaba cerrada, acaso no vino hoy a trabajar? Entonces recordé algo. Serás tonta, Woods? Volví a reproducir el vídeo de Clarke, observando que lo había grabado en su habitación, así que debía estar en su departamento. «Menuda tonta estás hecha, como te gusta perder el tiempo»

No tenía claro lo que le diría, ni si era demasiado apresurado arreglar las cosas. No tenía idea de nada, sólo sabía que me moría por verla. Había extrañado tanto su azul cielo, su cabello rubio, su voz y su sonrisa. Tenía claro que quería a esa mujer y no la perdería por nada.

Así que allí estaba yo, frente a su puerta muerta de nervios por lo que sucedería e impaciente por perderme en sus ojos una vez más. Llamé al timbre y esperé... Lo primero era hablar, intentar aclarar las cosas y solucionar cualq...

En el instante que la puerta se abrió, mostrándome una Clarke con el pelo algo alborotado, con algunos flecos salvajes en su cara, los ojos algo rojos, muy seguramente porque había llorado, enseguida cualquier plan que tenía para ese encuentro se esfumó. «Hablar está sobrevalorado, mujer»  Una necesidad imperiosa de volver a sentir sus labios se apoderó de mí, por lo que en un movimiento decidido uní nuestras bocas.

Y así el mundo cobró el sentido una vez más. Sabía que estaba sorprendida y no me esperaba allí al no responder el beso, pero luego de unos segundos fuera ella la que comenzara a embestir mis labios con los suyos, conectando nuestras lenguas en movimientos sensuales. Pude notar un sabor conocido a alcohol. Había estado bebiendo y no sabía hasta qué punto de embriaguez se encontraba. El beso fue calmándose hasta detenerlo y de inmediato unimos nuestras frente como siempre haciamos para saber que estábamos allí.

Su olor me atrapó y me sentí viva de nuevo. Todo se sentía bien otra vez, y aunque sabía que debíamos hablar, sólo estar así con ella me hacía muy felíz. De pronto escuché un murmullo salir de sus labios pero que entendí claramente.

- Por favor, que no esté soñando. -escuchar eso me conmovió, era como si intentara convencerse de que yo estaba allí.
- Estoy aquí.- le dije para que no tuviera dudas, a la vez que acariciaba dulcemente su rostro. Era tan hermosa.

Por fin, tras haberme privado de su vista, sus ojos se abrieron para conectarse con los míos una vez más. Su azul me pareció incluso más intenso en esa ocasión.
- Lexa.- toda ella me llamaba, aún viéndome no se creía que estaba allí. -Estás aquí.
- Sí, Clarke. Puedo pasar? -le pregunté y sólo entonces se dio cuenta que aún estábamos en su puerta.
- Claro, pasa por favor.

Sentía la tensión en el ambiente, y no la sexual precisamente. Al parecer ninguna sabíamos cómo llevar aquel asunto. Nos sentamos las dos en el sofá, un tanto separadas para mi gusto, donde alcancé a ver esa botella de vino de la que había bebido, creo que era la que le habían regalado sus padres en su visita.

- Clarke, creo que necesitamos... -antes de poder terminar lo que iba a decir me interrumpe.
- Lo siento. - Me dice y la observo fijamente. Ella no me miraba a mí, sus ojos estaban fijos en sus manos entrelazadas. - Lo siento mucho.

In our hearts (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora