Todas las Bodas Necesita un Plan!

LAS DESPEDIDAS DE SOLTEROS

El día de las despedidas de solteros había llegado, estaba de más decir que, ambos castaños estaban aterrados. No tenían la más mínima idea de lo que habían planeado sus amigos para aquel evento. 

—¿Es normal tener tanto miedo por una fiesta? — preguntó Shaoran a su prometida.

—No lo sé... ¡pero estoy igual o más aterrada que tú! —contestó Sakura. 

—Los chicos no me han mencionado nada. Supuestamente, no quieren arruinar el "factor sorpresa" —dijo Shaoran, haciendo comillas con los dedos. 

—Ni a mí; las chicas solo me han dicho que no me preocupe, que debo disfrutar porque será mi última noche de soltería —respondió Sakura. 

—Te propongo algo —habló su prometido. 

—Dime —contestó Sakura, con una sonrisa en sus labios. 

—No importa que hayan planeado nuestros amigos, si no nos sentimos cómodos en el lugar o con sus ideas locas, escapemos a una despedida solo tú y yo —propuso.

—Estoy de acuerdo; quiero a los chicos, ¡pero siento que sus ideas serán demasiado fuertes! —dijo Sakura, un poco nerviosa. 

—Aún recuerdo la "fiestecita", cuando fue la despedida de soltero de Yamazaki —le comentó su prometido. 

—Ni que lo digas. Gracias a la despedida de Chiharu, Tomoyo terminó una relación con uno de sus pretendientes —dijo Sakura entre risas. 

—De acuerdo, olvidémonos de eso. Dentro de todo me siento muy feliz de saber que nuestra unión está cerca —dijo, acariciando la mejilla de su amada. 

—¡Oh, Shaoran!, me muero por poder estar contigo siempre —Le sonrió con cariño. 

—¡Así será, mi amor! —dijo, para poco después, unirse en un dulce beso. 

—Te amo Shaoran —dijo al separarse. 

—Y yo a ti —susurró Shaoran. 

—¡Ya estamos aquiiiii! —gritó alguien, entrando.

—¡Oh no! —exclamaron al mismo tiempo,  algo asustados.

Ahí se encontraban todos sus amigos, incluidos Yukito y Touya, este último había cambiado su manera de ser con su futuro cuñado desde que se había comprometido con su hermana. Al final serían familia y no quería provocarle malos ratos a su hermana; además, Yukito lo había obligado y Shaoran también había hablado con su futuro cuñado.

Todos habían quedado de ir a comer  y después separarse para dar inicio a las alocadas fiestas de solteros de los castaños...

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La comida estaba bien. Todo era risas y diversión. 

—¿Y bien?, ¿cuándo nos darán sobrinos? —preguntó Tomoyo.

«¡Oh, demonios!» pensaron ambos castaños. 

Todos notaron el sonrojo que invadió el rostro de los futuros esposos, y también, la mirada perdida de Sakura, por lo que iniciaron a llamar su atención sin resultado alguno. 

—Sakura —llamó nuevamente Shaoran. 

—Oh, ¿qué pasa? —preguntó nerviosa. 

—¿Estás bien? Como que te perdiste en tus ideas —cuestionó su prometido. 

—Eh, s-sí, ya vengo —dijo corriendo al baño sin más. 

—Daidouji, ¿podrías ir a ver qué le sucede por favor? —Pidió Shaoran, preocupado.