Capítulo 32

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Ethan voltea y se topa con la misma sorpresa que yo y suelta mi mano.

—Ya vengo —se pone de pie yendo hacia el área de juegos. Justin seguía anonado, Emily le susurró algo en su oído y este asiente a lo que sea que ella dijo y se va a no sé dónde.

Cuando se levanta y llega hasta mi mesa. Levanto mis cejas y le sonrío de lado a mi amigo.

—Gané la apuesta —sonrío victoriosa.

—No es cierto —ríe mientras niega con la cabeza.

—¿Qué? —El camina hacia mí y se sienta a un lado donde anteriormente estaba Ethan— Pero, Emily y tú, acaban de vernos —pronuncio cada vez bajando mi tono de voz, Ethan, no podía enterarse por nada del mundo. Ya que aún no llegaba mi objetivo principal, Austin.

—No, cariño —chasquea la lengua—. Quedamos que sería mínimo un te amo en público.

—¿Te estas echando para atrás, Justin? —Le dedico una mirada severa, yo había ganada y punto.

—No —ríe—. Nunca dije eso, pero habíamos quedado que un beso no bastaba, ¡pudiste habérselo dado sin siquiera hablarle! —Tiene razón.

—No, Justin, no es justo —reclamo.

—Si es justo, si no, no sería justo para mí.

—Eres un tonto—lo empujo.

—Tú más —toma mis mejillas y se acerca plantando un pequeño beso en mi frente—. Creo que incomodamos a tu chico malo —frunce el ceño.

—No lo dudes —ruedo los ojos.

—Bueno, me tengo que ir —señala hacia la mesa donde estaba, Emily, esperándolo.

—Si, claro. Vete con ella, ya no existe nadie más para ti que no sea ella —digo haciéndome la ofendida.

—Pues, no se dé qué te quejas si tampoco creo que me recuerdes muy seguido —sube una de sus cejas.

—Pues crees mal —me cruzo de brazos, de verdad extrañaba a mi mejor amigo— Las cosas no andan bien en casa —cuento como si nada, no quería agobiarlo con mis problemas.

—¿Tu mamá de nuevo?

—¿Quién más sería? —pregunto irónicamente.

—¿Y por qué no me llamaste? —frunce el ceño— Hubiera pasado a recogerte.

—No —respondo—. No te preocupes, es lo mismo de siempre —suspiro, pero la mirada preocupada de mi amigo no se borra de sus ojos cafés— ¡Ya, largo! —señalo con mi barbilla a Emily quien lo esperaba en la mesa.

—Llámame —hizo una seña con su mano simulando un celular mientras me guiñaba un ojo, me fue imposible no reír. Los veo alejarse acercarse a la caja donde la cajera le da miraditas a mí amigo.

¿Quién se creía la cajera esa? ¿Qué faltaba ahora? ¿Qué Austin entrara y que al igual que todos se lo tragara con la mirada?

Me rio al notar la cara de disgusto de Emily, tiene un punto a su favor, cuidaba de mi amigo.

—¿Quién era él? —me sorprendo al voltear a mi derecha y encontrarme con la mirada curiosa de Sara.

—Él es mi mejor amigo —contesto sonriente.

—Ah —dice mirando en su dirección— ¿Y ella?

—Su novia —contesto e inmediatamente frunce el ceño.

¿Hoy es día de fruncir el ceño acaso?

Sara, abre sus ojos como si acabara de recordar algo y lleva sus pequeñas manos a su boca mientras una traviesa risa se le escapaba.

El precio de un beso © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora