Capítulo 9

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—Es linda tu novia —comento queriendo cambiar el tema.

—No es mi novia —ríe— Es la primera vez que salimos, ella es nueva en la escuela.

—Sí, algo así escuché.

—¿Jackson? —pregunta con obviedad.

— Y Josh —rio.

—Oye... quería preguntarte algo.

—Dispara —le contesto divertida.

—Hoy en el partido, antes de comenzar, acaso...—No lo dejo terminar, estallando en carcajadas —. Jenny, tu risa te delata —comienza a reírse junto conmigo.

—Lo siento, pero no pude evitarlo. Me fue imposible quedarme callada.

—Estás loca, mujer. Estás consciente de que si se enteró de que fuiste tú, ¿no?

—Sí, pero no me importa. Austin, es la menor de mis preocupaciones en estos momentos —le resto importancia, en realidad me divierte que Austin sepa que fui yo quien le había voceado eso, eso es un golpe bajo a su ego. —¡Justin! —Digo recordando lo que pasó con Ethan.

—Dios, que chillona —se queja, pero lo ignoro.

—Adivina quién me habló hoy cuando salimos del partido, en el estacionamiento... —canturreo—, bueno solo me preguntó si estaba bien, pero de todas formas eso cuenta.

—A ver...

—Ethan Harvey —menciono emocionada.

—Mientes —contesta riendo.

—Es en serio, Justin —refunfuño haciendo una rabieta totalmente infantil por el celular a pesar de que él no me ve.

Escucho una carcajada del otro lado de la línea— Vale, vale. ¿De qué hablaron?

—Bueno pues se acercó a mí en el estacionamiento después del partido y me preguntó si estaba bien, pero le dije que sí lo estaba. Y él me respondió: «No lo parece».

—Exactamente ¿cuándo sucedió eso? —Dice con una sonrisa juguetona.

—Eso fue... después de que tú y yo discutimos. En el estacionamiento.

Siento como la sonrisa de Justin se apaga inmediatamente y hace una mueca apenada, sé que no nos estamos viendo, pero conozco muy bien a ese chico— Jenny, enserio lo lamento...

—Justin —le dedico mi más dulce sonrisa, aunque sé que no me está mirando nadie más que mi espejo—, está bien, no tienes que seguir preocupándote de ello. Pero solo con una condición te disculpo totalmente.

—¿Cuál? —contesta con un tono de curiosidad e inseguridad.

—Sencillo. Que me vayas a apoyar en la prueba de porristas —culmino con una sonrisa ladeada

—¿Prueba de porristas? —dice extrañado– Es broma, ¿cierto?

—No, señor —contesto risueña.

—Jenny... ¿Quién te dio esa estúpida idea? —me conoce muy bien. Era obvio que sabría con facilidad si estoy tramando algo. — Tú jamás pensarías en una cosa como esa. Mejor dicho, jamás en tu cabecita se te pasaría ser una porrista.

Y tienen tanta razón. Jamás de los jamases se me pasaría el ser porrista. No era que no me gustara o que no se me dieran bien los deportes. Solo está el simple hecho de que la capitana sea Kelsey, es un motivo más que suficiente para no ingresar al equipo de porristas.

El precio de un beso © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora