Capítulo 22

1.1K 54 11
                                    


No puedo creer nada de lo vi el otro día, no quiero hacerlo. Sigo siendo testaruda, lo admito. Después de haber presenciado aquella perturbadora escena, corrí escaleras abajo y salí de esa casa, pedí un taxi que llegó rápido antes de que alguien me viera saliendo de la casa de la Sra. Grayson.

Las imágenes no dejan de remolinear en mi cabeza.

Ethan teniendo sexo con la Señora Grayson...

Y la Sra. Grayson obviamente es casada...

Oh, santo Dios, Ethan es su amante. Por eso las insinuaciones de la otra vez. Entonces por qué él me dijo que... Bueno, ya me dijo que solo quiere sexo conmigo, pero todavía no me lo creo.

Hoy era sábado, es decir un día libre de maestros, compañeros y deberes, pero aun el trabajo de la guía pendiente por lo que sí iría a casa de Ethan, a seguir trabajando en él y no sé cómo reaccionar ante él.

Así que haré todo lo que estuviera a mi alcance para ignorar el tema... por ahora.

Le envío un mensaje a Ethan para ver si me recogería porque Justin tenía mi auto y no me lo había regresado por lo que quería que fuera Ethan quien me recogiera. Se había quejado obviamente, pero le insistí tanto que al final aceptó a regañadientes, pero aun así estoy conforme con los resultados.

Suena un bocinazo afuera anunciándome su llegada. Cuando salgo me topo con Ethan y su hermoso cabello negro azabache húmedo recién lavado. Vestía unos pantalones deportivos negros con una camiseta de cuello en "v" de color negro muy ajustada a su torso que me hizo tragar varias veces. Él estaba esperándome de brazos cruzados apoyado en el auto hasta que de repente su cabeza se alza y clava su mirada en mí, el corazón me latiera más rápido.

Vaya que este hombre sabe cómo vestirse y hacerse notar, maldición.

—¿Lista?

Ethan, la Sra. Grayson, desnudos... Oh, Santísimo. Debo de dejar de pensar en ello, pero es inevitable ahora que lo tengo enfrente solo recuerdo eso.

—Oye... ¿me estás escuchando? —pregunta.

—Eh, sí claro —tartamudeo. Ethan frunce el ceño, pero asiente despacio dejándolo estar.

—Debo pasar primero por Sara y Thomas que los dejé en casa de sus amigos —me informa mientras abre la puerta del lado del piloto y se adentra por lo que rápidamente decido entrar al asiento del copiloto.

—Está bien.

—¿Te sucede algo, Jennifer? —Lo miro y me encuentro que él todavía tiene el ceño fruncido— Estás muy dócil y callada.

—¿Eso es algo malo? —le respondo con otra pregunta.

—No, es algo que me alivia, pero es extraño que estés tan callada. ¿En qué tanto piensas? —me mira de reojo y vuelve la mirada al frente.

Quería y ansiaba preguntarle sobre lo de ayer. Me moría de ganas por una explicación, pero como la cobarde que soy no lo hago y decidí dejar de rondar en ello por ahora, porque investigaría más a fondo luego— Guao... quién diría que, Ethan Harvey estaría preocupado por mí. Me siento amada. —respondo coqueta, ocultando mi asombro.

Bufa.

—De acuerdo, solo... olvídalo.

Me encantó que se preocupara por mí, me hizo sentir de nuevo esa misma calidez que había sentido con sus hermanos, no lo entendía. Aún no lograba comprender que era esta calidez pero me gustaba y quería dejar esta sensación tan acogedora.

El precio de un beso © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora