Capítulo 5

1.2K 64 16
                                    


Una de las cosas en común entre Justin y yo, era nuestra inmensa competitividad. Por obvios motivos esto no era nada bueno, ya que cuando nos juntábamos siempre terminamos metiéndonos en problemas.

—¿Vendrás al juego de esta noche? —pregunta Justin mientras nos dirigimos a la salida del edificio.

—Claro tengo que venir a apoyar a....— Rayos, ya no tenía a nadie a quien apoyar.

—¿A....? —pregunta conteniendo la risa.

—A nadie, estúpido... —respondo rendida — Por ahora. —añado.

—Así que no vendrás al partido. —suelta una pequeña risa.

—Nunca dije eso —sonrío—. Puede que se ponga divertido el partido el día de hoy. —muerdo mi labio inferior alzando un lado de mis labios con malicia.

—Sabes, tú definición de divertido no me agrada en lo absoluto.

—Es que tú eres un amargado —me quejo haciéndolo reír— consíguete una novia, cariño. —Le digo abrazándolo y él suelta una sonora una carcajada.

—¿Una novia? —voltea a verme ya que aún me abrazaba —Eso no sería un problema si no asustaras a todas mis candidatas, Jenny.

—¿Yo? ¿Asustarlas? — pregunto inocente.

—Sí, tú y tus estúpidas "pruebas" que yo más bien las veo como una escena de celos de tu parte.

—No —alargo—, no son pruebas. Solo son pequeños cuestionamientos para saciar mi curiosidad.

—Sí claro... —comenta sarcástico—. Por qué no mejor haces un casting. Las entrevistas a todas y me quedo con la que tú elijas —responde irónico.

—¿Sabes qué? No es mala idea.

—Oh por favor, Jennifer, no.

—Era broma, tonto —le sonrío— ¿Y quién está entre tus planes? —pregunto mientras nos sentábamos en una de las bancas del patio, solo voltea a verme y niega enseguida con la cabeza. —Oh vamos, Justin, dime...—le suplico.

—Ni hablar, no te lo diré.

—Eso quiere decir que si hay alguien. —subo y bajo las cejas.

—No pierdas tu tiempo, Lennon, no te lo diré.

—Oh, Justin, por favor, ya suelta la sopa y dímelo —De verdad estoy demasiado curiosa y quiero saber quién era la que había atraído la atención de mi mejor amigo— Te prometo no entrometerme —lo miro entre suplicante y desesperada, el muy tarado solo se reía— A menos que se trate de Kelsey y sus clones, ahí si me entrometería.

Los clones o intento de imitación de Kelsey —como quieran llamarlas— son las dos chicas que siguen a Kelsey a todas partes, la verdad ni siquiera sus nombres sé, pero para que saberlos si no me importan en lo más mínimo. Las llamo "clones" por su notoria ausencia de personalidad y la gran capacidad de adaptación hacia lo que sea que haga Kelsey.

Si Kelsey viene de rosa, ellas vienen de un rosa más oscuro. Si venía de celeste, los clones de azul marino. Era tan... patético.

—No te preocupes, jamás saldría con ellas —afirma y suelto un suspiro de alivio—, pero de todos modos no te diré quién es.

—De acuerdo, no me digas, ya no me importa —me pongo de pie y tomo mi bolso que había dejado en la banca, y avanzo hacia mi auto.

—No te enojes —me agarra de la cintura evitando que continuara mi camino.

—No estoy enojada —En realidad no lo estoy, para mí era imposible enojarme con Justin.

—Oh, si lo estás —me abraza y acomodo mi cabeza en su hombro— Eres una celosa...—susurra en mi oído.

—Y tú eres un tonto —lo empujo con los labios fruncidos.

—Jenny, escucha... —me dice mientras con su dedo índice señalaba su oído. Se escuchaba el rugir de un motor en alguna parte del estacionamiento, giro mi mirada hacia donde provenía el estridente sonido. Se trata del chico guapo pero tarado del otro día.

Sí, sí. El que me mandó a volar hace dos días.

Estaba sobre una moto deportiva, negra y totalmente reluciente. Le daba ese aspecto de chico malo y sin olvidar la ropa que trae el día de hoy lo hace ver jodidamente sexy.

—Cómo alguien tan bello y apuesto, puede ser un total y completo idiota al mismo tiempo —susurro.

—Idiota, ¿por qué? —pregunta Justin—. Solo le dices idiota porque te rechazó. —No lo pregunta, lo afirma.

—Los idiotas nunca saben de lo que se pierden cuando tienen una oportunidad de que alguien como yo les haga caso —le resto importancia.

—Tan obstinada como siempre.

Me encojo de hombros y continúo mirando al dios griego que tengo enfrente mis ojos. Es un adonis total.

Un adonis que caerá en mis manos pronto...

Ese pensamiento me hace sonreír con suficiencia.

Siento una mirada fija en mí, es ese tipo de sensación que te dan en la mejilla cuando alguien te está mirando fijamente y te hace sentir incómoda.

Miro hacia mi costado y me encuentro con los ojos cafés de mi exnovio. Nada más y nada menos que Austin. Me mira con enojo, un enojo totalmente injustificado.

«Austin está celoso de que tú atención esté en el chico de la moto y no en él...» Susurra aquella voz en mi mente mientras le sostengo la mirada a Austin.

Surca de mis labios una sonrisa burlona.

Está totalmente celoso.

Miro de nuevo al chico de la moto, quien ahora está hablando por teléfono, mordiendo mis labios levemente repasándolo con la mirada una vez más. Al escuchar el azotamiento de una puerta, regreso la mirada hacia Austin quien seguía con la mirada puesta en mí y aún más enojado que antes. Sus ojos cafés se han oscurecido y su mandíbula se encuentra tensa.

Emocionante.

Pienso divertida.

Y la diversión solo está comenzando.



Capítulo corto lo sé, en el siguiente les daré uno más largo.💛

Me despido.

¡Recuerden compartir esta historia con sus amigos, comenten y ayúdenme dejando un voto en esta historia!

El precio de un beso © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora