Capítulo 14

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Fui una de las últimas en salir al terminar la última clase. Reúno pacientemente todas mis cosas porque la verdad no tenía prisa alguna, con suerte y hacía enojar a Ethan.

Dejo la mayoría de mis libros en el casillero, afortunadamente no había tanta tarea, solo unos cuantos problemas de matemáticas y algunos resúmenes.

Caminaba hacia la salida del edificio y no lograba ver a Ethan por ninguna parte— Más te vale que no te hayas ido, Ethan... —digo por lo bajo mientras paseaba mi vista por el campus.

—Tú no te preocupes que tenemos todo el día —La sarcástica voz de Ethan me hace voltear.

—¿No era que tenías que trabajar? — alzo una ceja.

—Pedí permiso —se encoge de hombros.

— Te estuve buscando desde hace diez minutos —me quejo abultando los labios.

— Sí, como sea —rueda los ojos y comienza a caminar— Sígueme

—me indica mientras subía a su motocicleta viéndose tan jodidamente caliente.

¡Dios mío! Lo que tiene de amargado, lo sexy lo recompensa...

Sacudo levemente mi cabeza, para salir de mi ensoñación.

Cuando me encuentro con su neutra mirada trago en seco.

—Sí... —camino hacia mi auto lanzando mi bolsa en el asiento de copiloto. No fue muy largo el trayecto, solo tenía algo de dificultad al tratar de seguir la alta velocidad de Ethan.

De pronto, Ethan, se sube a la acera estacionando su motocicleta ahí, aunque no parecía una casa, lo más seguro es que es su lugar de trabajo. Me estaciono y bajo no estando muy segura.

—Espérame —me dijo antes de entrar a una enorme tienda de música. De todas formas, entré detrás de él.

—¡Ethan! —Un rubio detrás del mostrador lo saluda al mismo tiempo que estrecha fuertemente sus manos— ¡Vaya! ¿Y esta hermosura quién eres? —dejando de lado a Ethan para acercarse a mí.

—Nadie. Concéntrate en tu trabajo —lo agarra del cuello de la camiseta y lo regresa al mostrador.

Alguien está celoso...

—¡Ethan! ¡Qué bueno que viniste! —Ahora una pelirroja bajaba las escaleras con ambas manos ocupadas por dos cajas— Llamó Jake y dijo... —se interrumpe cuando su mirada se fija en mí, analizándome de pies a cabeza por lo que aprovecho para hacer los mismo. Su cabello entre rojizo y anaranjado levemente desordenado; ojos color verdes esmeraldas, vestida con unos jeans desgastados, converses viejos y mal cuidados. No me extrañaría que fuera la novia de Ethan.

—¿Qué dijo Jake? — pregunta Ethan con un tono levemente desesperado aun cuando su expresión se mantenía imperturbable por lo que le presto atención.

—Qué no podría a pasar a buscar a Sara y al pequeño —responde la pelirroja despegando su mirada de mí.

—Pero... ¿por qué? —Su desesperación aumenta aún más.

—Su auto — contesta la pelirroja haciendo una seña con sus manos como de explosión, ella junto con el rubio rieron.

—No puede ser —mira el reloj de mano que llevaba, camina rápido hacia la puerta—Tú, espérame aquí —me ordena.

—Sí, espéralo —sonríe el rubio cuyo nombre desconocía, mientras que era aniquilado con la mirada por la pelirroja.

—Ethan, pero...

—No —me calla, toma su cabello entre sus manos— No puedo ir en motocicleta por ella —regresa al mostrador— Dame tu auto —le pide al chico quien asiente con la cabeza y se agacha.

—Aquí tienes — saca sonriente una patineta.

—Elian... — le gruñe.

Según lo que entendía la pelirroja no era su novia y la tal "Sara" era muy importante así que seguramente que ella sería su novia.

—Lo siento viejo, pero en esto vine. —sonríe, Elian.

—¿Natalia? — se dirige a la chica.

—Caminé —responde sonriente mientras subía los hombros.

—Pero, ¿qué dem...? ¡El estacionamiento siempre está lleno por sus autos! —exclama alterado.

Yo solo me limito a agitar las llaves de mi lujoso auto mientras me ponía a silbar alguna melodía que se me pasara por la cabeza. Ethan, se da media vuelta para verme y le sonrío. Acorta nuestra distancia con aproximadamente cinco pasos.

—Nunca te pediría algo a ti —susurra en mi oído para después salir.

Tan terco...

Salgo detrás de él, después de escuchar un "nos vemos" por parte de Elian.

—Sabes... —gracias a la altura de mis tacones, alcanzaba con precisión su oído —, hieres mis sentimientos —lo rodeo, colocándome frente a él con un leve puchero formado en mis labios.

—¿En serio? —levanta una de sus naturalmente bien definidas cejas. Acortando lentamente la distancia entre ambos mientras situaba mis llaves en uno de los bolsillos de su chaqueta.

—Ni en tus sueños —suelto una carcajada y me doy media vuelta caminando hacia mi auto, solo que esta vez subo en el asiento de copiloto. —Al parecer si aceptaste mi ayuda —dije sonriente al ver que Ethan subió a mi auto.

—No lo hice. Solo subí y tomé tu auto —aclara.

—¿Entonces viene siendo un robo? —pregunto mientras miraba su perfecto perfil.

— Exacto —afirma.

— Dime... ¿quién es, Sara? —me aventuro a preguntar.

—No te importa —responde de mala gana.

— Claro que sí —giro a verlo— Me importa saber por quién, llegaste al grado de aceptar mi ayuda —cómo gozaba hacerlo enfadar.

— A ver... —alude con cansancio, este hombre no tenía una pizca de sentido del humor— No te pedí ayuda, serías la última persona a quien le pediría un favor —dijo serio con la vista al frente.

— Una pregunta... — digo divertida— ¿Por qué tanto "odio" hacia mí? — la verdad me intrigaba ya que nunca en mi vida algún chico me había rechazado o tratado mal como él lo hacía.

Se estaciona en un enorme parque en el cual había muchos autos alrededor, la verdad no reconocía donde estábamos.

—Detesto, aborrezco a las personas como tú. Falsas, engreídas y superficiales, que piensan que solo por ser lindas o tener una buena apariencia pueden hacer los que se les pegue la regalada gana — apaga el auto.

—Así que... ¿piensas que soy linda? — me giro hacia él.

— ¿Lo ves? —bufa— No puedes ser más hueca porque después no te da tiempo de arreglarte —saca las llaves del contacto y baja del auto.

—¡Es que es un estúpido! —chillo molesta— Este tipo realmente piensa que soy más tonta que nada —Solo de una cosa estoy segura, tan segura como de que nos vamos a morir algún día. Y es que se iba a arrepentir.

Espero en el auto cerca de cinco minutos hasta que lo veo caminar hacia el auto. Cruzaba la calle para después atravesar el parque, pero lo que más me llamó la atención era la que seguramente sería, Sara, la que venía agarrada de manos con Ethan.

—¿Acaso ella es...?



¡Tan, tan, tan, taaaan!

Pues aquí les dejo el capítulo de hoy.

¡En el próximo ya sabremos quien es la famosa Sara!

¡No se lo pierdan! Me despido.

¡Nos leeremos!

—Sky.

El precio de un beso © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora